El carcinoma de células basales (CCB) es el tipo más común de cáncer de piel y a menudo aparece como un área de piel elevada e indolora que puede tener un aspecto brillante y tener pequeños vasos sanguíneos que la atraviesan. Aunque este cáncer crece lentamente y puede dañar el tejido circundante, es poco probable que se propague a sitios distantes o cause la muerte.
Los principales factores de riesgo del carcinoma de células basales incluyen la exposición a la luz ultravioleta, la piel clara, la radioterapia, la exposición prolongada al arsénico y un sistema inmunológico deficiente.
La exposición a los rayos UV durante la infancia es especialmente dañina y, con la proliferación de las camas solares, las fuentes de rayos UV son cada vez más diversas. El carcinoma de células basales generalmente se diagnostica mediante un examen de la piel y se confirma mediante una biopsia de tejido.
El carcinoma de células basales se desarrolla a partir de las células basales, que se encuentran en la capa más baja de la epidermis. Este cáncer se desarrolla principalmente en zonas expuestas al sol y presenta una variedad de síntomas.
Un síntoma clásico es el descubrimiento de nódulos cutáneos lisos y perlados, pero los carcinomas basocelulares superficiales pueden aparecer como manchas rojas que se asemejan al eczema.
Las formas invasivas o esclerosantes del carcinoma de células basales pueden presentarse como piel engrosada o con cicatrices, lo que dificulta el diagnóstico sin sensación táctil y una biopsia de piel.
El carcinoma de células basales se produce principalmente debido a la exposición de la piel a la luz solar. La exposición excesiva al sol puede provocar daños en el ADN, que pueden acumularse con el tiempo y provocar mutaciones.
La exposición excesiva al sol suprime el sistema inmunológico local, reduciendo potencialmente la vigilancia inmunológica de nuevas células tumorales.
Además, el carcinoma de células basales también puede estar acompañado de otras lesiones cutáneas, como queratosis actínica, queratosis seborreica y carcinoma de células escamosas.
El diagnóstico del carcinoma de células basales generalmente requiere una biopsia de piel para análisis histopatológico. El método más utilizado es la biopsia por afeitado bajo anestesia local.
La escisión quirúrgica estándar se considera el tratamiento más eficaz para el carcinoma de células basales.
En la mayoría de los casos, el tratamiento del carcinoma de células basales implica escisión quirúrgica, cirugía de Mohs, criocirugía y quimioterapia tópica. Para aquellos que no son candidatos para la cirugía, la radioterapia es una opción.
Debido a que el carcinoma de células basales ocurre con mayor frecuencia en personas de piel clara y está estrechamente relacionado con la exposición al sol, los médicos generalmente recomiendan usar un protector solar con un FPS de 30 o superior para prevenir el desarrollo de este cáncer.
Sin embargo, algunos estudios han señalado que todavía no hay evidencia suficiente para demostrar que el protector solar es eficaz en la prevención del carcinoma de células basales.
Una revisión sugiere que, incluso si la evidencia actual apoya el uso de protector solar, la evidencia futura puede cambiar esta visión.
Aunque el carcinoma de células basales crece lentamente y no se propaga fácilmente, su impacto no puede subestimarse. A medida que aumenta la conciencia sobre la salud de la piel, tomar medidas preventivas sigue siendo crucial. ¿Cómo podemos protegernos de esta insidiosa amenaza en nuestro hermoso sol?