En la medicina moderna, la administración pulmonar de fármacos se ha convertido en una forma eficaz de administrar medicamentos, especialmente para el tratamiento de enfermedades pulmonares como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). En este método, el paciente puede inhalar el medicamento hacia los pulmones a través de un inhalador y entrar en la circulación sanguínea a través de la membrana mucosa de los pulmones. Según las diferentes formas y dispositivos de fármacos, existen principalmente cuatro tipos de inhaladores que se utilizan ampliamente: inhaladores en aerosol dosificador (MDI), inhaladores de polvo seco (DPI), inhaladores de niebla suave (SMI) y nebulizadores.
La administración pulmonar de fármacos puede reducir eficazmente los efectos secundarios sistémicos y mejorar la biodisponibilidad debido a la absorción local de los fármacos.
El MDI es el inhalador más común utilizado para tratar enfermedades pulmonares y se puede dividir en inhaladores de dosis medidas comprimidos (pMDI) e inhaladores de dosis medidas activados por la respiración (BAMDI). pMDI requiere que el paciente active el inhalador mientras inhala, por lo que la coordinación es muy importante; BAMDI utiliza el flujo inspiratorio del paciente para activarse, resolviendo este problema de coordinación.
El uso de MDI con un cartucho de aire proporciona una administración de fármaco similar a la de un nebulizador, con ventajas en cuanto a conveniencia y rentabilidad.
El DPI libera el polvo del fármaco sólido a través de la fuerza de la inhalación del paciente, y el paciente necesita mantener un flujo inspiratorio adecuado para superar la resistencia del DPI y administrar con éxito el fármaco a los pulmones.
Sin embargo, el DPI requiere un flujo inspiratorio adecuado y es sensible a la humedad.
SMI aerosoliza medicamentos líquidos en partículas diminutas que pueden inhalarse. El proceso no utiliza propulsores, sino energía proporcionada por un resorte de compresión.
SMI tiene poca disponibilidad en el mercado y precios relativamente altos.
Los nebulizadores se utilizan a menudo en emergencias o en pacientes con poco autocumplimiento. Puede convertir medicamentos líquidos a base de agua en gotas inhalables y se divide principalmente en nebulizadores de malla vibratoria, nebulizadores de chorro y nebulizadores ultrasónicos.
Aunque los nebulizadores no requieren la coordinación del paciente, tardan más en administrar el medicamento y son dispositivos voluminosos.
Para administrar con éxito los medicamentos a los pulmones, las partículas inhaladas no deben depositarse principalmente en el tracto respiratorio superior; de lo contrario, podrían tragarse o toserse, lo que provocaría una pérdida de eficacia. Los factores que influyen en la deposición de partículas de fármaco incluyen las características de las partículas, los patrones de respiración y la geometría de las vías respiratorias.
El diámetro y la densidad de las partículas del fármaco pueden afectar significativamente los patrones de deposición en el tracto respiratorio. En general, las partículas de más de 5 micras de diámetro se depositan principalmente en el tracto respiratorio superior, mientras que las partículas de entre 2 y 5 micras de diámetro se depositan en las vías respiratorias centrales y pequeñas.
La deposición de partículas inhaladas está relacionada con el tiempo medio de residencia de la respiración y el volumen corriente. Los volúmenes corrientes grandes aumentarán la tasa de deposición de fármacos pulmonares.
El proceso de bifurcación de los bronquios en bronquios aumenta la turbulencia, lo que facilita el depósito de partículas en el tracto respiratorio grande.
La principal ventaja de la medicación pulmonar es que el fármaco se puede administrar directamente a la lesión, lo que da como resultado un inicio de acción rápido y menos efectos secundarios sistémicos. Sin embargo, enfrenta algunos desafíos, por ejemplo, los medicamentos pueden verse afectados por los mecanismos de defensa del tracto respiratorio, lo que hace que solo alrededor del 20% de los medicamentos lleguen con éxito a los pulmones. Además, el cumplimiento del paciente y la técnica de inhalación correcta tienen un impacto directo en la eficacia.
En pacientes de edad avanzada, la fuerza inspiratoria suele ser insuficiente, lo que puede provocar una baja inhalación del fármaco, reduciendo así la eficacia.
A medida que avanza la tecnología, continúa el desarrollo del uso de los pulmones como ruta hacia la circulación sistémica. Actualmente, se están investigando tecnologías de administración pulmonar de nicotina inhalada, levodopa inhalada y diversos productos biológicos. Además, continúa avanzando la implementación de tecnologías de formulación de fármacos e ingeniería de partículas, como el uso de nanopartículas de fármacos para mejorar la biodisponibilidad y reducir las reacciones adversas.
Entre estos diferentes dispositivos y tecnologías de inhalación, ¿cómo deberían los pacientes elegir la mejor manera de controlar su afección?