En la década de 1950, hubo muchos estudios sobre la estructura de las proteínas en la comunidad científica. Las hélices conjugadas, o cohélices, se han convertido en un importante tema de investigación y esta característica estructural se produce en muchas proteínas. En el centro de esta fascinante historia se encuentra el acalorado debate entre los famosos científicos Linus Pauling y Francis Crick. ¿Se robaron realmente los dos científicos ideas de diseño en su investigación independiente?
La existencia de estructuras cohelicoidales generó controversia cuando se propuso por primera vez. Pauling y Crick concluyeron casi simultáneamente que esta estructura era posible. En el verano de 1952, Pauling viajó a Inglaterra para visitar el laboratorio de Crick y los dos discutieron varios temas. Crick incluso le preguntó a Pauling si había considerado el concepto de coespirales, y Pauling respondió que sí. Desde entonces, Paulin ha continuado investigando el tema y envió un artículo completo a la revista Nature en octubre.
"¿Qué tan borrosa es la línea entre innovación y plagio en el proceso de investigación científica?"
Crick no estaba satisfecho con el informe de Paulin poco después. Creía que Paulin había robado su idea y envió un artículo más breve unos días después de que se envió el manuscrito de Paulin. Después de un poco de debate, el equipo de Crick concluyó que ambas partes habían descubierto el concepto de forma independiente y que no se había producido ningún robo de conocimiento. El breve artículo de Crick propuso un modelo estructural de la cohélice e introdujo métodos computacionales y de repulsión para determinar su estructura.
La estructura de una cohélice consiste en un patrón repetitivo de residuos de aminoácidos cargados e hidrofóbicos llamados repeticiones de heptapéptidos. Específicamente, este patrón repetitivo es
"La estabilidad de esta estructura proviene del enterramiento de superficies hidrofóbicas."
La estructura cohelicoidal es un elemento estabilizador muy importante en una variedad de proteínas, que puede promover interacciones entre proteínas y mantener diversas funciones celulares. Sus funciones principales incluyen: fusión de membranas, espaciado molecular, etiquetado de oligomerización, movimiento de vesículas y estructura celular. Por ejemplo, la infección por VIH depende de las propiedades de fusión de membranas de las cohélices para ingresar a las células huésped. Después de que la glicoproteína gp120 se une al receptor de la célula huésped, la secuencia peptídica de fusión de membrana de gp41 permite que el virus se fusione con la membrana celular y finalmente logre la entrada.
Con la profundización del conocimiento sobre las cohelices, los científicos han comenzado a explorar su potencial de aplicación en el campo biomédico. Dado que las cohélices son fáciles de diseñar y versátiles, los científicos esperan explotar sus propiedades para desarrollar nuevos sistemas de administración de fármacos. Las estructuras cohelicoidales se pueden utilizar para lograr un direccionamiento preciso a células o moléculas específicas, lo cual es fundamental para mejorar la eficacia de los tratamientos farmacológicos.
"Se pueden crear nuevas nanoestructuras y bloques de construcción de proteínas mediante la combinación de co-hélices."
Además, el uso de cohélices como componentes básicos de las proteínas está cambiando la forma en que se realiza el cultivo celular tridimensional. Estos métodos no sólo ayudan a los científicos a estudiar la ingeniería de tejidos, sino que también proporcionan nuevas formas de mejorar los tratamientos y la investigación académica. A medida que avance la ciencia, ¿qué influencia tendrán estas pequeñas estructuras en un futuro prometedor?