El mar de Ross, una zona de agua situada en la Antártida, ha sido uno de los mares más australes de la Tierra desde que fue descubierto por primera vez por el explorador británico James Clark Ross en 1841. Esta zona marina se encuentra entre las áreas de Victoria y Mary Byrd. Tiene aguas profundas con una profundidad promedio de 500 metros, muy superior a la profundidad promedio de la mayoría de los otros océanos.
El flujo en el Mar de Ross está dominado por la circulación oceánica impulsada por el viento y está fuertemente influenciado por tres dorsales submarinas.
Los límites y la superficie de la región del Mar de Ross están definidos por el Instituto Nacional de Investigación del Agua y la Atmósfera de Nueva Zelanda, cubriendo un área de 637.000 kilómetros cuadrados, lo que lo convierte en un vasto ecosistema marino. Las corrientes de agua en esta zona marina son impulsadas principalmente por factores climáticos externos, especialmente los vientos y corrientes estacionales de la Antártida, y su ambiente marino es extremadamente variable. El giro está impulsado por las aguas profundas de la Antártida, que son ricas en nutrientes y proporcionan las condiciones necesarias para la supervivencia de los ecosistemas marinos.
El mar de Ross es famoso por su rica biodiversidad, con al menos diez especies de mamíferos, seis especies de aves, 95 especies de peces y más de mil especies de invertebrados. Las aves marinas, como los pingüinos Adelia y los pingüinos emperador, se han convertido en una parte importante del ecosistema.
Esta zona del mar es considerada por los biólogos marinos como uno de los océanos con mayor diversidad biológica de la Tierra.
La profundidad y el entorno único del Mar de Ross lo convierten en un foco de numerosos estudios científicos, donde los científicos realizan investigaciones sobre biología marina y clima. A medida que el impacto del cambio climático y las actividades humanas se hace cada vez más grave, las organizaciones ambientalistas han realizado esfuerzos a largo plazo para proteger esta zona y promover su establecimiento como área marina protegida mundial.
Sin embargo, el desarrollo de la pesca, especialmente la pesca comercial de merluza negra antártica, ha aumentado la amenaza de las actividades humanas a este frágil ecosistema. A medida que la pesquería ha crecido, se informa que el número de bacalaos de profundidad en McMurdo Sound ha disminuido significativamente, y hay indicios de que el número de depredadores que buscan estos peces, como las orcas, también ha disminuido.
Un acuerdo internacional de 2016 designó la región del Mar de Ross como parque marino, protegiendo más de 1,5 millones de kilómetros cuadrados, convirtiéndola en el área protegida más grande del mundo en ese momento.
En 2016, el mar de Ross volvió a ser el centro de atención mundial con la firma de un acuerdo internacional que otorgó nuevas protecciones a la cuenca del mar de Lucas. Sin embargo, la validez del parque marino todavía está sujeta a un límite temporal de 35 años, lo que no cumple con la definición de área protegida permanente de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
La importancia de la exploración científicaLa geología y el entorno ecológico del Mar de Ross son de gran valor para comprender el cambio climático global y la evolución biológica. Los científicos han explorado la ecología profunda del océano a través de varios proyectos de investigación, incluido el Proyecto Cape Roberts y el Proyecto ANDRILL, y han realizado análisis de núcleos de rocas subterráneas, lo que les ha proporcionado una comprensión más profunda de la formación y evolución de este antiguo continente.
Años de investigación han demostrado que el ciclo hidrológico del Mar de Ross y su estructura geológica única son ventanas importantes para la investigación ecológica.
Por último, no podemos evitar preguntarnos: a medida que aumentan las actividades humanas, ¿cómo afectará el futuro del Mar de Ross a este preciado ecosistema marino?