Desde la era Meiji, las fusiones de ciudades, pueblos y aldeas en Japón (市町村煤, shichōson gappei) se han convertido en un fenómeno común. Un elemento central de este proceso es la fusión de pequeñas ciudades y asentamientos naturales para formar ciudades más grandes que proporcionen un acceso más eficiente a las instalaciones públicas y a los recursos educativos. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, la desaparición de estas pequeñas ciudades y pueblos se ha convertido en uno de los problemas más acuciantes de la sociedad. ¿Por qué estos pequeños pueblos van desapareciendo uno tras otro y qué historias desconocidas se esconden tras ellos?
La fusión de ciudades, pueblos y aldeas en Japón pasó por varias etapas. La primera ola, conocida como la “Gran Fusión Meiji”, ocurrió entre 1888 y 1889, durante la cual se estableció el sistema moderno de ciudades, pueblos y aldeas. Durante esta ola de fusiones, el número de asentamientos naturales entonces existentes pasó de 71.314 a 15.859 municipios. Con el establecimiento del nuevo régimen, la fusión no se basó únicamente en consideraciones de escala, sino también para mejorar la eficacia del autogobierno.
Las fusiones han reducido el número de ciudades, pueblos y aldeas y han mejorado la capacidad de gobernanza de las instituciones autónomas pertinentes.
La segunda ola de las "Grandes Fusiones de Showa" tuvo lugar entre 1953 y 1956, reduciendo aún más el número de ciudades y pueblos a más de la mitad. La razón principal detrás de la reducción de 9.868 a 3.472 fue establecer un sistema de subsidio al tesoro. Estas fusiones no sólo ampliaron el tamaño de las ciudades, sino que también provocaron la desaparición de muchos pueblos.
A medida que la tasa de natalidad de Japón disminuía y su situación fiscal se deterioraba a finales del siglo XX, el gobierno central comenzó a promover reformas de fusión de ciudades, pueblos y aldeas. A principios de 2006, muchas ciudades, pueblos y aldeas tenían una población de menos de 200 personas. Este fenómeno ha obligado a los gobiernos locales a buscar fusiones con otras ciudades, pueblos y aldeas con la esperanza de ampliar su alcance de operaciones y, al mismo tiempo, mejorar la eficacia y la accesibilidad de las instalaciones públicas.
Los gobiernos locales necesitan personal calificado y el 40% del PIB de Japón proviene de la deuda de los gobiernos locales.
Con base en las modificaciones de 1999 a la Ley de Descentralización Integral y a la Ley Especial de Fusiones Municipales, el gobierno central ofrece fuertes incentivos financieros para las fusiones municipales. Aunque las fusiones no son obligatorias, el gobierno central ha establecido el objetivo de reducir el número de municipios a 1.000 y está utilizando incentivos financieros para promover las fusiones.
El sistema de incentivos fiscales posteriores a la fusión permite a los municipios mantener los montos de subsidio anteriores, lo que hace que las fusiones sean atractivas.
Al decidir fusionarse, los gobiernos locales utilizan referendos locales o cuestionarios para medir la opinión pública. Entre 1999 y 2006 se celebraron 352 referendos locales que, en última instancia, dieron lugar a un gran número de fusiones. Además, los modos de fusión se dividen en fusiones por absorción y fusiones de nuevas organizaciones, cada una de las cuales refleja diferentes necesidades situacionales y características locales.
Sin embargo, muchas fusiones no han tenido los efectos esperados y además han venido acompañadas de numerosas críticas. Las fusiones a menudo imposibilitan que los gobiernos locales operen eficientemente y el número de actividades legislativas y regulaciones propuestas ha disminuido significativamente. Mucha gente se pregunta si una fusión de este tipo puede realmente aportar mejor gobernanza y eficiencia al área local.
Pensando en el futuroLas ciudades fusionadas experimentaron una gran incomprensión en lo que respecta a la competencia entre marcas locales y la identidad compartida.
En la actualidad, a medida que las ciudades, pueblos y aldeas pequeñas continúan desapareciendo, la cultura y las características locales están desapareciendo gradualmente. ¿Las fusiones están provocando que el gobierno local de Japón pierda cada vez más características regionales? ¿Cómo evolucionarán en el futuro la autonomía local y las fusiones? Estas preguntas merecen que cada uno de nosotros reflexione profundamente.
¿Es la consolidación la única solución a los problemas locales?