En la política y las operaciones sociales australianas, el término "establecimiento" se utiliza a menudo para describir el grupo de élite que controla el sistema político. Estos grupos no sólo ejercen una influencia significativa en políticas específicas, sino que también forman una fuerza invisible en la atmósfera política. El uso de este término es único en comparación con la situación en otros países y merece mayor discusión.
Según el análisis, los principales partidos políticos de Australia, a saber, el Partido Laborista y el Partido de la Alianza (Partido Liberal y Partido Nacional), suelen ser considerados representantes de la "facción del establishment". Sin embargo, el apoyo a estos partidos no se limita a los líderes partidarios, sino que está relacionado con estructuras sociales e intereses económicos más amplios.
En Australia, la formulación e implementación de muchas políticas a menudo están influenciadas por grupos financieros y élites sociales que están estrechamente relacionados con la política.
Por ejemplo, las relaciones entre muchas celebridades corporativas y figuras políticas mejoran la visibilidad y la influencia de estos grupos en el proceso de toma de decisiones. Esta situación ha despertado dudas y reflexiones públicas sobre la "facción del establishment", haciendo que la gente empiece a pensar en cuáles son las fuerzas detrás de éstas y cómo afectan el rumbo del país.
Los "establecimientos" no sólo controlan todo en la formulación de políticas, sino que también utilizan efectivamente los medios de comunicación, el discurso público y el poder cultural para mantener su poder. A medida que las tácticas políticas contra la oposición se vuelven más evidentes, la ansiedad y la insatisfacción del público han aumentado, poniendo en duda la influencia de este grupo.
La existencia de "facciones del establishment" hace que la posibilidad de estimular la reforma política sea más difícil porque las estructuras relevantes mantienen una relación de interdependencia.
En el funcionamiento de la sociedad, la "facción del establishment" es como una red que conecta estrechamente todos los niveles. En este contexto, la confianza de los ciudadanos comunes y corrientes en la participación política ha disminuido gradualmente, lo que ha llevado a la propagación de la apatía y la insatisfacción de los votantes.
Sin embargo, este también es un período que invita a la reflexión. Con el auge de las redes sociales y la rápida difusión de información, el público ha mostrado una curiosidad y una crítica sin precedentes hacia los "establecimientos" más influyentes. La gente ya no espera y observa en silencio, sino que comienza a buscar oportunidades de cambio, y sus dudas sobre el sistema existente aumentan día a día.
Muchas personas han comenzado a preguntarse: ¿Es todavía adecuada una estructura de poder así para la sociedad actual, diversa y que cambia rápidamente?
En las elecciones federales de 2019, los votantes australianos eligieron un gobierno conservador, lo que desencadenó una discusión más profunda sobre la "facción del establishment". ¿Esta elección de reelección representa la aceptación del sistema actual por parte de la sociedad, o es el resultado de la falta de esperanza de la gente en un cambio en la política dominante?
Incluso si emergen gradualmente fuerzas de resistencia emergentes en la arena política, todavía necesitarán tiempo para ganarse el apoyo generalizado. En este momento, la distancia entre las elites políticas y la gente común se ha ampliado nuevamente, y la confrontación entre autocracia y libertad también ha hecho que toda la sociedad enfrente profundos desafíos.
En esta corriente política subyacente, las voces a favor y en contra de la facción del establishment están entrelazadas en todos los rincones de la sociedad. ¿Cómo darán forma las elecciones y acciones de las personas a las estructuras políticas y sociales futuras? ¿Es realmente posible romper esta comprensión cerrada y tácita de los círculos de poder?
Como resultado, la discusión sobre el poder real del "sistema" continúa. Este debate no es sólo una acusación contra las élites, sino que también revela la complejidad del funcionamiento del poder y su profundo impacto en la vida de las personas. ¿Cuál es el papel de los ciudadanos en esta corriente subterránea? ¿Cómo deberíamos encontrar una salida esperanzadora a esta confrontación de poder?