En la vida diaria, las personas a menudo esperan cambiar su comportamiento, ya sea reduciendo el tabaquismo, controlando la dieta o aumentando los hábitos de ejercicio, pero esas expectativas suelen ser difíciles de lograr. La teoría del cambio de comportamiento se desarrolló para explicar por qué a los humanos les resulta tan difícil cambiar su comportamiento. Estas teorías se centran en características ambientales, individuales y de comportamiento y esperan mejorar los servicios en áreas como la salud, la educación, la criminología, la energía y el desarrollo internacional mediante la comprensión del cambio de comportamiento.
Comprender y cambiar el comportamiento son dos caminos complementarios para la investigación científica.
Existen varias teorías sobre el cambio de comportamiento, cada una de las cuales se centra en diferentes factores que influyen. Por ejemplo: teoría del aprendizaje, teoría cognitiva social, teoría del comportamiento planificado, etc., cada una tiene sus propias características, tratando de explicar por qué se puede cambiar el comportamiento. Entre ellos, la autoeficacia es un concepto importante, que se refiere a la predicción de una persona sobre su desempeño en una tarea desafiante, que puede estar determinada por experiencias exitosas pasadas, estado psicológico e influencias externas.
La autoeficacia se considera un factor clave para predecir el esfuerzo de un individuo en el proceso de cambio de comportamiento.
La teoría del aprendizaje social cree que el cambio de comportamiento se forma mediante la interacción de factores ambientales, personales y de comportamiento. Por ejemplo, los pensamientos de un individuo influyen en el comportamiento y el entorno social, a su vez, afecta esos pensamientos y características individuales. Esta interacción determina el proceso de cambio de comportamiento.
Según la teoría del comportamiento planificado, los individuos considerarán las consecuencias de un determinado comportamiento antes de realizarlo. La intención es un factor importante para determinar el comportamiento, que se ve afectado por las actitudes y la presión social. La fuerza de la intención de una persona es directamente proporcional al grado de control que tiene sobre su comportamiento, lo que significa que si los individuos sienten que tienen el control de su comportamiento, es más probable que actúen en consecuencia.
La fuerza de la intención de un individuo para una conducta es directamente proporcional a la probabilidad real de su ejecución.
En el modelo de cambio de comportamiento por etapas, los individuos pasan por cinco etapas: precontemplación, contemplación, preparación, acción y mantenimiento. Estas etapas reflejan los diferentes estados de un individuo en el proceso de cambio de conducta. Sin embargo, las personas suelen volver a las etapas anteriores después de la etapa de mantenimiento, un fenómeno influenciado por una variedad de factores externos y personales.
El modelo de proceso de comportamiento saludable considera el cambio de comportamiento como un proceso continuo que involucra motivación e intención. La correlación entre la autoeficacia motivacional, la percepción de riesgo y la intención conductual proporciona al modelo un poder predictivo efectivo.
El modelo conductual de Fogg propone que el comportamiento consta de tres partes: motivación, capacidad y desencadenantes. Este modelo enfatiza el papel clave de los desencadenantes en el proceso de cambio de conducta. Si los individuos tienen la motivación, la capacidad y los factores desencadenantes en el momento adecuado, pueden cambiar su comportamiento con éxito.
El cambio de comportamiento sólo es posible cuando están presentes la motivación, la capacidad y los desencadenantes adecuados.
La teoría del cambio de comportamiento es particularmente importante en el campo de la educación porque la educación en sí misma es un proceso de cambio de comportamiento. Al comprender la teoría del cambio de comportamiento, los educadores pueden diseñar estrategias de enseñanza más efectivas para ayudar a los estudiantes de diferentes orígenes socioeconómicos a lograr cambios de comportamiento. Estas teorías promueven un análisis en profundidad del contenido educativo, los métodos de enseñanza y sus efectos.
En el campo de la criminología, la teoría del cambio de comportamiento proporciona apoyo teórico para comprender y corregir el comportamiento delictivo. La teoría específica del aprendizaje social y de la asociación diferencial afirma que la formación de la conducta delictiva está estrechamente relacionada con el entorno conductual y social al que están expuestos los individuos. Esto proporciona importantes conocimientos para los responsables de la formulación de políticas, lo que permite que las medidas correctivas se dirijan a las causas fundamentales de la conducta en lugar de limitarse a ellas. Fenómenos superficiales.
Con el énfasis en el cambio climático, la teoría del cambio de comportamiento se ha vuelto cada vez más importante para reducir el uso de energía. Las investigaciones muestran que centrarse excesivamente en el comportamiento individual puede ignorar la influencia de la interacción social, el estilo de vida, las normas sociales y otros factores. Este cambio de perspectiva amplía las áreas de aplicación del cambio de comportamiento y conduce a nuevas formas de pensar.
Aunque la teoría del cambio de comportamiento se ha aplicado en muchos campos, persisten una serie de dudas. Muchos académicos han criticado estas teorías por ignorar el impacto de los factores ambientales y algunas teorías tienen propósitos inconsistentes. Sin embargo, esta crítica también muestra el potencial para el desarrollo de teorías sobre el cambio de comportamiento, y aún se necesita más investigación en el futuro para mejorar estas teorías y abordar temas complejos sobre el cambio de comportamiento.
¿Cuáles son los factores que impulsan el cambio de comportamiento? ¿Quizás esto es algo que debemos seguir explorando?