La intoxicación por óxido de carbono (CO) es una afección potencialmente mortal generalmente causada por la inhalación de un exceso de dióxido de carbono, cuyos síntomas a menudo se confunden con los de "síntomas de gripe". Estos síntomas incluyen dolor de cabeza, mareos, fatiga, náuseas, dolor en el pecho y confusión, lo que impide que muchas personas busquen ayuda médica a tiempo cuando sufren una intoxicación. Los estudios muestran que más de 20.000 estadounidenses acuden a salas de emergencia cada año por intoxicación por monóxido de carbono, y se ha convertido en una de las intoxicaciones mortales más comunes en muchos países.
“En invierno, los casos de intoxicación por monóxido de carbono aumentan significativamente debido al uso de equipos como calentadores y generadores”.
Los óxidos de carbono se producen por la combustión de materia orgánica, especialmente en condiciones de suministro insuficiente de oxígeno. Comúnmente proviene de los gases de escape de los automóviles, equipos de calefacción que funcionan mal, estufas de leña y equipos de generación de energía utilizados en hogares e industrias. Dado que los óxidos de carbono son incoloros e inodoros, es difícil detectarlos en situaciones de exposición de bajo nivel.
Los síntomas iniciales de intoxicación por monóxido de carbono suelen ser similares a los de la gripe, e incluyen dolor de cabeza, náuseas, fatiga y ansiedad. A medida que avanza el envenenamiento, las funciones del corazón y del sistema nervioso central se dañarán, y los síntomas pueden incluir ritmo cardíaco acelerado, confusión e incluso coma. Estos síntomas a menudo se confunden con intoxicación alimentaria u otras infecciones virales en el servicio de urgencias.
El peligro de intoxicación aguda"El dolor de cabeza es el síntoma más común de intoxicación aguda por monóxido de carbono y a menudo se describe como sordo y constante".
Cabe destacar que la tasa de mortalidad por intoxicación aguda por monóxido de carbono es bastante alta, especialmente en aquellos casos que no se diagnostican y tratan oportunamente. Según los informes, en casos de intoxicación grave, la concentración de monóxido de carbono en la sangre puede alcanzar más del 30%, mientras que la concentración de monóxido de carbono en la sangre de los pacientes fallecidos a menudo supera el 50%. Esto hace que la inspección y la intervención oportunas sean cruciales.
La exposición prolongada a los óxidos de carbono puede provocar fatiga crónica, deterioro de la memoria y disfunción motora. Por lo tanto, es muy necesario instalar un detector de óxido de carbono, ya sea en un entorno doméstico o industrial. Además, garantizar una buena ventilación y revisar periódicamente los equipos también son medios importantes para prevenir el envenenamiento.
“La prevención es una cuestión importante en materia de salud pública y es necesario concienciar a la población sobre el uso seguro de los equipos”.
El diagnóstico de intoxicación por monóxido de carbono suele ser difícil porque muchas afecciones tienen síntomas similares. Además de tomar la historia clínica, analizar el nivel de monóxido de carbono en la sangre es uno de los principales métodos de diagnóstico. En la mayoría de los casos, el nivel de monóxido de carbono en la sangre de un no fumador debe ser inferior al 3%, mientras que en un fumador puede ser tan alto como 10%.
Ante tantos peligros ocultos, la prevención del envenenamiento por monóxido de carbono es especialmente importante. Además de instalar detectores y adquirir el hábito de revisar periódicamente las instalaciones de su hogar, también debe tener cuidado de no utilizar maquinaria de combustión interna en espacios cerrados. Además, realizar un seguimiento diversificado de los datos también puede ayudar a reducir aún más el riesgo de intoxicación.
Sin embargo, después de conocer la amplia variedad de síntomas de la gripe, ¿hemos aprendido a distinguir el peligro real de la gripe común?