En microeconomía, el costo de oportunidad de tomar una decisión es el valor de la mejor alternativa a la que se renuncia. Con recursos limitados, a menudo necesitamos decidir entre varias opciones mutuamente excluyentes. Para garantizar el uso eficiente de recursos escasos, el concepto de costo de oportunidad puede ayudarnos a considerar todos los costos explícitos e implícitos relevantes, proporcionando así una comprensión económica más clara.
"Los costos explícitos son directos y generalmente se expresan en términos monetarios, mientras que los costos implícitos son costos potenciales que no son fácilmente cuantificables".
Los costos explícitos se refieren a los costos de transferir recursos directamente o realizar transacciones en efectivo al realizar una acción (como costos o gastos operativos comerciales). Este costo es muy fácil de identificar y generalmente se encuentra en el estado de resultados y el balance de una empresa. Por ejemplo, los salarios, el alquiler y los gastos de materiales de los empleados de una empresa son todos costos explícitos.
"Los costos explícitos pueden reflejar el flujo de caja y los gastos reales en detalle, proporcionando transparencia financiera a las empresas."
En comparación con los costos explícitos, los costos implícitos son aquellos costos en los que no se incurre directamente en forma de dinero. Por lo general, se relacionan con la utilización de recursos propiedad de la empresa que, si se utilizaran para otros fines, darían lugar a una posible pérdida de beneficios. Por ejemplo, el propietario de una pequeña empresa que no recibe un salario durante los primeros años de actividad podría considerarse un costo oculto.
“Los costos ocultos suelen estar escondidos en rincones difíciles de ver, y los proveedores o inversores deben realizar análisis en profundidad para revelarlos”.
Los costos hundidos se refieren a gastos en los que se ha incurrido pero que no se pueden recuperar. La clave de este tipo de costos es que no deberían influir en las decisiones futuras. Por ejemplo, si una empresa invierte 5.000 dólares en marketing y los resultados de la inversión no son satisfactorios, el coste hundido de 5.000 dólares debería considerarse un "gasto sin fondo" en decisiones futuras.
El cálculo de la rentabilidad económica debe considerar los costos de oportunidad para que las empresas puedan evaluar completamente la rentabilidad de los recursos en la toma de decisiones. Por ejemplo, si el beneficio contable al iniciar una empresa es de 10.000 dólares, pero después de tener en cuenta el coste de oportunidad, el beneficio económico real es -30.000 dólares, lo que significa que la decisión no debe implementarse.
“Comprender el verdadero significado del beneficio económico puede permitir a las empresas tomar decisiones más inteligentes en la asignación de recursos”.
A nivel gubernamental, los costos de oportunidad son particularmente importantes. Por ejemplo, supongamos que el gobierno gasta 840 mil millones de dólares en guerra, lo que significa que este dinero no puede usarse para mejorar el gasto en salud o educación. El costo explícito de esta decisión es el gasto directo de la guerra, mientras que el costo implícito incluye la pérdida de productividad social causada por la guerra.
"La asignación presupuestaria del gobierno en realidad se realiza después de un enfrentamiento de varios costos de oportunidad."
En este entorno económico que cambia rápidamente, es fundamental comprender la diferencia entre costos explícitos e implícitos. No sólo influyen en las decisiones de individuos y empresas, sino que también desempeñan un papel importante en la formulación de políticas gubernamentales. Ante diversas opciones y costos, ¿cómo deberíamos evaluar racionalmente y tomar la mejor decisión?