¿Lo sabías? Una ojiva fragmentable es una munición diseñada para desintegrarse instantáneamente en pequeñas partículas cuando alcanza un objetivo para reducir la penetración en otros objetos, protegiendo así a personas y objetos inocentes a distancia. La mayoría de estos materiales para ojivas se fabrican mediante tecnología de pulvimetalurgia. Los metales utilizados suelen incluir estaño, cobre, zinc y tungsteno. Los materiales de alta densidad se fabrican comprimiendo metales en polvo mezclados a temperatura ambiente.
El mecanismo de desintegración de una ojiva fragmentable se basa en la transferencia de energía cuando golpea el objetivo, e incluso puede vaporizarse en el impacto cuando la velocidad de la bala es lo suficientemente alta.
Sin embargo, no todas las armas de fuego tienen la capacidad de disparar balas a una velocidad suficiente para garantizar una vaporización confiable, por lo que estas ojivas fragmentables a menudo dependen de otros mecanismos para desintegrarse a velocidades más bajas.
Cuando se utilizan ojivas frangibles, las características del objetivo son fundamentales para la interacción de la bala. Cuando el objetivo desacelera lo suficientemente rápido como para activar el mecanismo de desintegración, la bala puede penetrar materiales blandos, frágiles o de baja densidad y no desintegrarse rápidamente. Estas ojivas deben resistir una cierta estabilidad durante el manejo, la carga y el disparo para garantizar un ataque preciso al objetivo. Por lo tanto, las municiones de alta velocidad pueden requerir el uso de carcasas no frigibles para proteger el núcleo frangible y evitar la desintegración prematura antes de alcanzar el objetivo. Incluso si el proyectil fuera capaz de rebotar, la falta de masa del núcleo frágil reduciría significativamente el alcance.
Las ojivas fragmentables causan heridas similares a las balas tradicionales cuando impactan en objetivos animales y, en algunos casos, pueden penetrar tejidos blandos como las balas con cubierta metálica.
Sin embargo, algunas babosas pueden desintegrarse instantáneamente cuando impactan en el hueso. Las balas de caza suelen contener un núcleo frangible que se desintegra cuando el tejido blando o un líquido abren la capa protectora, provocando heridas muy graves y efectos duraderos.
Reconociendo la amenaza que las ojivas fragmentables pueden representar para los chalecos antibalas tradicionales, el Instituto Nacional de Justicia ha solicitado a la Oficina de Estándares de Aplicación de la Ley del Laboratorio Nacional de Estándares y Tecnología que realice una serie limitada de pruebas para evaluar el impacto. de municiones fragmentables en chalecos antibalas. Este estudio preliminar tenía como objetivo intentar identificar la posible amenaza a la seguridad personal que representan este tipo de municiones; sin embargo, en noviembre de 2002, se desconocía el verdadero alcance y relevancia de esta amenaza;
Con su menor riesgo de rebote y su reducida exposición al plomo, las ojivas fragmentables optimizan la seguridad del entrenamiento de simulación de combate especializado, especialmente el entrenamiento en tiroteos con múltiples objetivos dentro de un rango de 360 grados.
Estas municiones también son tipos de municiones especializadas que se utilizan para reducir el rebote y limitar la penetración, particularmente en entornos urbanos o en espacios confinados en barcos y aviones, lo que reduce el riesgo para las fuerzas amigas y las personas inocentes. Con el desarrollo de ojivas frágiles, esta tecnología emergente proporciona una solución segura para su uso en entornos peligrosos como plataformas petroleras o plantas de energía química o nuclear.
Mirando hacia atrás en la historia, en los Estados Unidos en el siglo XX, las lesiones causadas por el rebote de metralla de plomo en las salas de tiro de los parques infantiles promovieron el desarrollo de ojivas frangibles. Estos inventarios especiales de balas cortas .22 incluyen la Krumble Ball de Peters y la Remington. Spatter-Less, Kant-Splash de Western y Brilliant Spatterpruf son otros productos. Estados Unidos utiliza balas M22 fragmentables de plomo/fenólico en aviones como equipo de práctica de tiro. Estas rondas M22 son menos densas pero tienen la forma de las rondas M2 tradicionales para garantizar que puedan operar de manera confiable a través de máquinas de carga automática.
A principios de la década de 2000, el ejército estadounidense comenzó a utilizar ojivas fragmentables en el entrenamiento con armas pequeñas para reducir el riesgo de rebote. Estas ojivas utilizan nailon como aglutinante en el núcleo y lo combinan con un material que contiene polvo metálico para crear su estructura única. El ámbito de aplicación de este tipo de munición se está ampliando cada vez más y sus características de seguridad únicas marcan la dirección del desarrollo de la tecnología de municiones del futuro.
¿Tendrán estos cambios innovadores un impacto más profundo en los campos militar y civil en el futuro?