En el diagnóstico médico, el oxímetro de pulso, como herramienta de monitorización no invasiva, se ha convertido en un dispositivo importante para evaluar la saturación de oxígeno de los pacientes. Este dispositivo utiliza dos longitudes de onda de luz diferentes para detectar el contenido de oxígeno en la sangre y calcular la saturación de oxígeno en sangre (SpO2) del paciente. Entonces, ¿cómo excluye un oxímetro de pulso la influencia de otros tejidos como la piel y los huesos para garantizar la precisión de las mediciones?
El oxímetro de pulso utiliza principalmente las diferentes características de absorción de la luz roja (660 nm) y la luz infrarroja (940 nm) para determinar la proporción de oxihemoglobina y hemoglobina desoxigenada. Cuando estos dos tipos de luz penetran en la piel y el tejido, la oxihemoglobina absorbe menos luz infrarroja y más luz roja; por el contrario, la hemoglobina desoxigenada absorbe la luz roja y deja pasar más luz infrarroja.
Cuando la sonda frontal se aplica a la piel, el oxímetro puede medir instantáneamente los cambios en el flujo sanguíneo y enviar diferentes pulsos con cada latido del corazón para proporcionar datos para la lectura.
Debido a las consideraciones de diseño del oxímetro de pulso, el dispositivo utiliza las características del flujo sanguíneo pulsátil (es decir, solo monitorea los cambios en la sangre arterial), ignorando así la influencia de la sangre venosa, la piel, los músculos, la grasa y otros tejidos. Cuando se utiliza, pasa luz a través de una parte delgada del cuerpo, generalmente la punta de un dedo o el lóbulo de la oreja, y la transmite a un fotodetector en el lado opuesto para su análisis.
El oxímetro de pulso tiene una amplia gama de aplicaciones, incluidas salas de emergencia, quirófanos, unidades de cuidados intensivos y otros entornos. El personal médico puede obtener la saturación de oxígeno en sangre del paciente en poco tiempo, lo cual es crucial para juzgar el estado de oxigenación del paciente. Durante la epidemia de COVID-19, los oxímetros de pulso han desempeñado un papel importante en las autopruebas en el hogar, ayudando a detectar una posible hipoxemia de manera temprana.
En pacientes inestables, la monitorización continua puede determinar de forma más eficaz la necesidad de oxígeno suplementario inmediato.
Aunque un oxímetro de pulso proporciona una medición rápida y no invasiva, tiene ciertas limitaciones. En primer lugar, un oxímetro de pulso sólo puede medir la saturación de hemoglobina y no puede detectar directamente la ventilación. Además, pueden producirse imprecisiones en determinadas enfermedades, como anemia o intoxicación por monóxido de carbono. Por lo tanto, en la práctica clínica todavía es necesario el análisis de gases en sangre para una evaluación más completa.
Varios factores pueden afectar la precisión de las mediciones del oxímetro de pulso, entre ellos:
Ante las cambiantes necesidades médicas, los oxímetros de pulso también están experimentando actualizaciones tecnológicas. Por ejemplo, con el desarrollo de la tecnología portátil, cada vez más pulseras y relojes inteligentes están comenzando a integrar equipos de monitoreo de oxígeno en sangre que funcionan bien, lo que hará que el monitoreo diario de la salud sea más conveniente. Sin embargo, para los requisitos de precisión clínica, el equipo médico tradicional sigue siendo indispensable. Por lo tanto, es fundamental garantizar la precisión y confiabilidad de los datos al adoptar nuevas tecnologías de detección.
En esta era de continuo avance tecnológico, también podríamos pensar en cómo los métodos futuros de diagnóstico y tratamiento seguirán evolucionando para satisfacer mejor las necesidades de salud de los pacientes.