El núcleo supraquiasmático (SCN) es una pequeña región del cerebro ubicada en el hipotálamo, justo encima del quiasma óptico. Se considera el centro regulador del ciclo del sueño de los animales y su funcionamiento tiene un impacto importante en el comportamiento fisiológico del cuerpo humano. El SCN recibe señales de luz de las células ganglionares de la retina fotosensibles y coordina los relojes de otras células en todo el cuerpo para adaptarse al entorno externo. La actividad neuronal y hormonal producida por el SCN opera en un ciclo de aproximadamente 24 horas, lo que afecta muchas de nuestras funciones fisiológicas, incluidos los patrones de sueño, el estado de alerta y la secreción de hormonas.
Anatomía del NSQEl SCN se considera el comandante maestro del reloj biológico de los mamíferos, responsable de coordinar los ritmos fisiológicos.
El SCN está situado delante del hipotálamo, encima del quiasma óptico y cerca de ambos lados del tercer ventrículo. Este pequeño núcleo está formado por unas 10.000 neuronas y tiene una morfología muy diferente según la especie. El SCN se puede dividir en dos partes: la parte ventrolateral y la parte dorsolateral, llamadas núcleo y cubierta respectivamente. El núcleo responde al estímulo con la expresión genética, mientras que la capa continúa expresando estos genes. Además, el SCN tiene proyecciones neuronales a través de la vía retinohipotalámica, la vía hipotalámica geniculada lateral y partes de los núcleos del tronco encefálico ventral (núcleos del rafe). Los polipéptidos abundantes en el SCN incluyen la hormona antidiurética (AVP), el polipéptido incretina (VIP), etc.
Varios organismos del reino animal, incluidas bacterias, plantas, hongos y animales, exhiben ritmos biológicos de casi 24 horas. El funcionamiento de estos relojes biológicos depende en gran medida de un conjunto similar de bucles de retroalimentación genética. Estudios han demostrado que cuando se trasplanta el SCN a animales sin él, estos animales son capaces de adoptar los patrones de comportamiento de los animales trasplantados, lo que confirma aún más el papel clave del SCN en la generación del reloj biológico.
Los primeros experimentos demostraron que la eliminación del SCN hacía que los animales perdieran sus ritmos biológicos, lo que subraya el papel del SCN.
El SCN no sólo funciona de forma independiente, sino que también interactúa estrechamente con otras regiones del cerebro. Puede recibir señales de luz de la retina y transmitir esta información en la red neuronal, coordinar las actividades de otras áreas del cerebro y mantener el control fisiológico general. Los mecanismos moleculares implicados en este proceso involucran diferentes neurotransmisores y péptidos, que se distribuyen de manera desigual en el SCN y ayudan a regular los procesos fisiológicos.
Las neuronas retinianas especializadas pueden estimular directamente el SCN, lo que le permite participar en la regulación de las actividades fisiológicas.
La pérdida funcional del SCN puede estar asociada a una variedad de trastornos fisiológicos y psicológicos, como trastornos del estado de ánimo y alteraciones del sueño. En estudios clínicos se encontró que personas con depresión mayor presentaban anomalías en el funcionamiento del SCN, lo que indica que el desequilibrio del reloj biológico puede provocar cambios significativos en el estado de ánimo y el comportamiento. Sin embargo, especialmente en la sociedad moderna, factores ambientales como la contaminación lumínica o los horarios de trabajo irregulares pueden afectar la función del SCN.
La investigación sobre el SCN y sus interacciones con las regiones cerebrales circundantes continúa profundizándose, especialmente para explicar cómo los diferentes factores ambientales afectan el comportamiento fisiológico. Comprender la conexión entre estas estructuras y funciones no sólo mejorará nuestra comprensión de los relojes biológicos, sino que también puede proporcionar nuevos conocimientos para el tratamiento de los trastornos relacionados con el sueño y el estado de ánimo.
A medida que aumenta nuestro conocimiento, la investigación sobre los SCN sin duda revelará más sobre cómo funciona la vida. Esto nos hace preguntarnos: ¿cómo puede la tecnología contemporánea aplicar este conocimiento para mejorar la salud y el bienestar humanos?