La radiación de calor está en todas partes de nuestra vida diaria. Aunque no podemos verla, tiene un profundo impacto en nuestro medio ambiente. La radiación térmica es un tipo de radiación electromagnética emitida por el movimiento térmico de partículas dentro de una sustancia. Cualquier sustancia con una temperatura superior al cero absoluto emitirá esta radiación. Esta liberación de energía proviene de las vibraciones de electrones, moléculas y redes cristalinas, y se transfiere a través del movimiento y cambios de frecuencia a medida que aumenta la temperatura. En tal proceso, la radiación térmica no sólo afecta nuestra vida diaria, sino que también es la principal forma de intercambio de calor entre la Tierra y el Sol.
La radiación térmica es uno de los tres mecanismos básicos de transferencia de calor, junto con la conducción y la convección térmica.
La característica principal de la radiación térmica es que no depende de ningún medio, lo que significa que puede transmitirse de manera eficiente incluso en el vacío. El calor del sol llega a la tierra principalmente en forma de radiación térmica. Cuando esta radiación atraviesa la atmósfera terrestre, parte de ella es absorbida y dispersada por la atmósfera, lo que es una de las razones por las que nuestro cielo aparece azul. En la superficie terrestre, estas radiaciones serán absorbidas o reflejadas, afectando en última instancia al clima y al medio ambiente de la Tierra.
La radiación solar penetra la atmósfera y llega a la superficie, y luego es absorbida o reflejada, formando el sistema climático único de la Tierra.
En nuestra vida diaria, podemos utilizar la radiación térmica para detectar algunos objetos o fenómenos normalmente invisibles. Las cámaras que utilizan tecnología de imágenes térmicas pueden detectar la radiación infrarroja y producir imágenes que muestran gradientes de temperatura, lo que puede resultar útil en operaciones de búsqueda y rescate. Cuando hay poca luz, estas imágenes infrarrojas pueden ayudar a localizar animales o humanos porque sus temperaturas corporales son más altas en relación con su entorno.
No sólo eso, el concepto de radiación térmica también nos ayuda a comprender el funcionamiento del universo. Por ejemplo, la radiación cósmica de fondo de microondas es un fenómeno típico de radiación térmica. Este conocimiento no sólo es atractivo en el estudio del medio ambiente terrestre, sino que también juega un papel importante en nuestra comprensión del origen y proceso del universo.
La existencia de radiación térmica nos permite detectar fenómenos que a veces parecen invisibles, y también nos permite seguir nuestro progreso científico y tecnológico.
Mirando hacia atrás en la historia, los humanos comenzaron a estudiar los fenómenos relacionados con la radiación térmica ya en el período griego antiguo. El "espejo ardiente" mencionado por Aristóteles fue uno de los primeros experimentos en el uso de calor concentrado para quemar objetos. Durante el Renacimiento, los experimentos térmicos de Santorio llevaron a comprender los efectos térmicos de la luz solar. Su trabajo es una base importante para nuestra comprensión de la radiación térmica.
Con el continuo desarrollo de la ciencia, la investigación en profundidad sobre las características de la radiación térmica nos ha dado los famosos dichos de Angela Lavoisier y otros, enfatizando el papel clave de las propiedades de la superficie de los objetos en la radiación térmica, que también sentó las bases de nuestra desarrollo posterior en termodinámica y radiación térmica.
Con el avance de la ciencia, la radiación térmica se ha convertido en un elemento indispensable en la investigación del cambio climático.
Las características de la radiación térmica incluyen su rango de frecuencia y su relación con la temperatura. A medida que aumenta la temperatura de un objeto, aumentará la frecuencia y la energía de la radiación electromagnética emitida. La ley de Planck describe cómo se puede inferir la radiación térmica a partir del frío de un cuerpo negro. Cuando la temperatura de un objeto es lo suficientemente alta, su espectro de radiación se vuelve lo suficientemente potente como para emitir luz brillante en el rango visible. Este es el componente de luz visible de la radiación térmica, que llamamos radiación incandescente.
Cuando la temperatura de un objeto aumenta a 798 K (525 °C), casi cualquier sustancia sólida o líquida comienza a emitir luz. Este fenómeno tiene implicaciones importantes para nuestra vida diaria, especialmente cuando utilizamos bombillas o dispositivos de calefacción. Comprender el funcionamiento de la radiación térmica puede ayudarnos a hacer un mejor uso de la energía.
Comprender las características de la radiación térmica puede ayudarnos a diseñar y utilizar varios dispositivos para operar de manera más eficiente.
Cuando volvamos a exponernos al sol y sintamos el calor que aporta, ¿podemos pensar también en el papel omnipresente de la radiación térmica en nuestras vidas y nuestro medio ambiente? ¿Es realmente una clave para nuestra comprensión de cómo funciona el mundo natural?