En fitopatología, el virus del mosaico del pepino (CMV) es uno de los virus fitopatógenos más representativos del mundo. Este virus pertenece a la familia Bromoviridae y es conocido por su amplia gama de huéspedes, que se estima que infecta a más de 1200 especies de plantas, incluidas muchas plantas ornamentales y de cultivo importantes. A medida que el CMV se propaga ampliamente, esto lo convierte en un factor importante de pérdidas económicas en la producción vegetal.
El CMV se describió por primera vez en pepino en 1934 y mostró síntomas de mosaico. Con el tiempo, los científicos descubrieron que también puede infectar una variedad de otras verduras, como calabazas, sandías, pimientos, berenjenas, tomates, frijoles, zanahorias, apio, lechuga y espinacas. Además, se ha confirmado la presencia del CMV en todos los continentes del mundo, incluida la Antártida.
El CMV generalmente produce síntomas de mosaico o moteados en las hojas de las plantas y puede causar coloración amarillenta, manchas anulares, retraso del crecimiento y deformación de hojas, flores y frutos.
Los síntomas específicos variarán de una planta a otra. Por ejemplo, cuando los pepinos están infectados con CMV, suelen tener una apariencia pálida y áspera, un crecimiento inhibido y pocas flores. Estos pepinos a menudo se llaman "pepinos agrios blancos". En los tomates, la infección por CMV puede provocar el enanismo de las plantas y la deformación de las hojas, lo que se denomina efecto "hoja de helecho". Además, los pimientos sufrirán graves daños en las hojas bajo la influencia del CMV, formando patrones de cebra y anillos necróticos.
El CMV se transmite principalmente a través de pulgones, que es un modo de transmisión no sostenido y no cíclico. Los pulgones pueden portar el virus a medida que se desplazan de una planta a otra, lo que hace que la propagación del CMV sea relativamente rápida. El tiempo de adquisición viral suele ser de cinco a diez segundos, mientras que el tiempo de inoculación es de aproximadamente un minuto. Posteriormente, la probabilidad de transmisión disminuye gradualmente con el tiempo.
El CMV puede pasar el invierno en plantas perennes y malezas y despertarse en la primavera para ser transmitido a otras plantas por los pulgones. Cuando un virus ingresa a una célula huésped, libera ARN y comienza a replicarse. Durante este proceso, el virus se apodera de las estructuras celulares del huésped y utiliza los recursos del huésped para crear nuevas partículas virales.
El movimiento de corta distancia del CMV dentro de las plantas se logra a través de los plasmodesmos, mientras que el movimiento de larga distancia se realiza a través del floema.
CMV es un virus de tres partes basado en ARN monocatenario. El tamaño total del genoma es de 8,623 kb y consta de tres ARN. Las partículas de virus no tienen envoltura, son icosaédricas o fusiformes, con diámetros que oscilan entre 26 y 35 nanómetros. El virus muta rápidamente en su huésped, lo que dificulta el tratamiento.
El CMV generalmente crece en áreas templadas y tropicales, especialmente donde hay pulgones presentes. Cuando las plantas se infectan con CMV suelen presentarse manifestaciones físicas características, como hojas moteadas de color verde o amarillo, inhibición del crecimiento de las plantas y cambios en la calidad de los frutos.
La presencia de CMV se puede confirmar mediante pruebas serológicas, pruebas de biología molecular o pruebas de rango de huéspedes.
Actualmente no existen medicamentos químicos eficaces que puedan eliminar completamente el CMV, por lo que prevenir y controlar la transmisión se considera la mejor estrategia. Esto incluye eliminar malezas y plantas enfermas para mantener los campos sanitarios. Además, el riesgo de transmisión de virus se puede reducir seleccionando variedades resistentes o utilizando sistemas de cultivos asociados específicos.
Con el cambio climático y las cambiantes prácticas agrícolas, la propagación del CMV y otros virus de las plantas parece estar aumentando. ¿Deberíamos repensar nuestra relación con las plantas y la naturaleza y encontrar nuevas formas de proteger nuestros cultivos y ecosistemas?