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¿Sabías por qué el teclado QWERTY se convirtió en un estándar mundial pero no podemos escapar de él?
A medida que la tecnología continúa avanzando, muchas personas pueden preguntarse por qué ciertas tecnologías y productos están tan arraigados en este mundo que cambia rápidamente. Tomemos como ejemplo el teclado QWERTY. Este diseño aparentemente obsoleto se ha convertido en un estándar mundial. Mucha gente piensa que se trata de un fenómeno de bloqueo ineludible. ¿Por qué?
El bloqueo se refiere a una situación en la que los usuarios dependen de un proveedor y les resulta difícil cambiar a otros proveedores. La razón detrás de esto a menudo implica altos costos de cambio.
En el campo de la tecnología, los fenómenos de bloqueo se pueden dividir en varios tipos, uno de los cuales es el bloqueo tecnológico. El concepto de bloqueo tecnológico enfatiza que a medida que la sociedad se vuelve cada vez más dependiente de una determinada tecnología, es menos probable que los usuarios cambien a otras tecnologías. Tomando como ejemplo el teclado QWERTY, aunque técnicamente existen opciones más optimizadas, la transformación se ha vuelto difícil debido a la enorme base de usuarios y los costes de formación. De hecho, incluso si se trata de una distribución de teclado recientemente desarrollada, en comparación con ella, la familiaridad y conveniencia de cambiar a QWERTY equivale a romper una pared invisible.
Además del bloqueo tecnológico, también existe la situación del bloqueo tecnológico personal. Esta situación se refiere al proceso por el cual los individuos continúan usando una tecnología debido a su dominio de esa tecnología. Por ejemplo, cuando una persona está acostumbrada a utilizar el teclado QWERTY, puede sentirse motivada a seguir utilizándolo debido al riesgo y el desafío de aprender una nueva distribución.
Un bloguero mencionó una vez que si dejaba de usar una aplicación de mensajería, perdería el contacto con muchas personas porque sería casi imposible lograr que cambiaran a otra plataforma.
Miremos de nuevo al bloqueo colectivo de proveedores. Se trata de un fenómeno de encierro que tiene características tanto monopólicas como colectivas. En tales casos, los costos del cambio implican no sólo dinero sino también aislamiento social. En el caso de Facebook, la existencia de esta plataforma dificulta que los usuarios escapen de una red social peer-to-peer porque es posible que sus amigos y familiares aún utilicen la plataforma.
Si tomamos el teclado QWERTY como ejemplo, podemos ver un impacto similar. Muchos usuarios tienen relaciones interdependientes con otros, y esta dependencia interpersonal agrava aún más la dificultad del cambio. Esto nos hizo pensar: si hubiera una solución mejor, ¿cuántas personas estarían dispuestas a pagar el precio del cambio? Esto invita a la reflexión.
La influencia de gigantes tecnológicos como Microsoft y Apple en este sentido es evidente. Por ejemplo, la API de Windows de Microsoft ha hecho que innumerables desarrolladores de software independientes decidan inevitablemente utilizar esta plataforma a través de la profundidad y amplitud de funciones, y el costo de cambiar a otros sistemas operativos es sin duda demasiado alto. Asimismo, la estrecha integración de la tienda iTunes de Apple con sus productos crea una situación similar de bloqueo.
Ni siquiera empresas como Google han evitado por completo el mismo dilema. Los protocolos abiertos de Google serán reemplazados en algún momento por su propia tecnología patentada, lo que profundizará aún más la dependencia de los usuarios de su ecosistema.
Como dijo un economista, cuando una tecnología es ampliamente reconocida por la sociedad, el efecto de bloqueo que provoca es difícil de revertir.
Otro ejemplo interesante es el desarrollo de la computación en la nube. Entre ellos, los servicios de cada proveedor importante a menudo están diseñados para ser exclusivos de su ecosistema, lo que hace que los usuarios enfrenten dificultades a la hora de tomar decisiones. Sin mencionar que la mera presencia de plataformas de almacenamiento en línea en diversas formas y formatos es suficiente para que los usuarios se pregunten cuándo cambiar.
No se limita solo a la tecnología, los efectos del confinamiento también se pueden encontrar en la vida diaria. Por ejemplo, muchas marcas de impresoras anularán su garantía si utilizan cartuchos de tinta no originales. Aunque los usuarios parecen tener muchas opciones, en realidad la libertad de elección se ve obstaculizada por intereses comerciales.
En conjunto, el fenómeno del lock-in no se limita al campo técnico, de hecho, tiene manifestaciones similares en muchos entornos empresariales. Desde el fenómeno del teclado QWERTY hasta las estrategias comerciales de las plataformas de música digital, la lista continúa. ¿Podemos realmente encontrar nuevas formas de salir de este bloqueo o estamos condenados a seguir con nuestras opciones existentes?
