El ácido fórmico se deriva de la palabra latina formica (que significa "hormiga") y su nombre sistemático es ácido fórmico, que es el ácido carboxílico más simple. La fórmula química del ácido fórmico es HCOOH y su estructura se puede simplificar como H−C(=O)−O−H. Este compuesto es un intermediario importante en la síntesis química y está omnipresente en la naturaleza, especialmente en algunas especies de hormigas. Se dice que el uso del ácido fórmico se remonta a los alquimistas y naturalistas de principios del siglo XV, que notaron la liberación de gases ácidos de los hormigueros, pero no fue hasta 1671 que el naturalista británico John Ray reveló por primera vez el proceso de separación.
"El ácido fórmico puede considerarse hasta cierto punto como un 'arma de autodefensa' para los insectos, porque lo utilizan para atacar y defenderse."
El proceso de obtención de ácido fórmico es inseparable de las hormigas. Los resultados de la investigación de John Ray nos hicieron darnos cuenta por primera vez de que el ácido secretado por las hormigas no es sólo una sustancia ácida, sino que también tiene múltiples usos. El aislamiento de este ácido en la década de 1660 estimuló exploraciones posteriores por parte de los químicos. Vale la pena mencionar que el químico francés Joseph Gay Louvec sintetizó por primera vez ácido fórmico a partir de ácido cianhídrico en 1815, y en 1855, la química Marceline Bertello desarrolló aún más un método para sintetizar ácido fórmico a partir de monóxido de carbono.
El ácido fórmico es un líquido incoloro con un olor acre a temperatura ambiente. Su fuerza ácida es aproximadamente diez veces mayor que la del ácido acético, lo que lo hace útil en muchas aplicaciones químicas. Por ejemplo, en la agricultura, el ácido fórmico se utiliza como conservante y agente antibacteriano para los piensos, especialmente en Europa. El ácido fórmico puede promover la fermentación del ácido láctico y ampliar eficazmente el valor nutricional de los piensos.
“El ácido fórmico puede actuar como un combustible amante del hidrógeno, lo que hace que muestre potencial en futuras aplicaciones energéticas”.
Además de sus aplicaciones agrícolas, el ácido fórmico también participa ampliamente en diversas reacciones químicas. Su característica única es su capacidad para sufrir reacciones de adición con alquenos para formar ésteres fórmicos. En condiciones de alta presión, alta temperatura y álcali fuerte, la reacción del metanol y el monóxido de carbono produce ácido fórmico. Este proceso de conversión es particularmente importante en la industria actual.
En 2009, la capacidad de producción mundial de ácido fórmico era de 720.000 toneladas, con una producción casi igual en Europa y Asia. En este ámbito, la empresa alemana BASF es uno de los mayores fabricantes. El precio del ácido fórmico también fluctúa con la demanda del mercado y se utiliza principalmente en síntesis química y otras aplicaciones industriales.
Aunque el ácido fórmico es menos tóxico y se permite su uso como aditivo alimentario, el ácido fórmico concentrado sigue siendo corrosivo para la piel. La exposición prolongada al ácido fórmico puede causar daño renal y posiblemente irritación de la piel. Por lo tanto, se debe tener cuidado al manipular ácido fórmico y seguir las normas de seguridad pertinentes.
"En cierto sentido, el descubrimiento del ácido fórmico no sólo revela los misterios de la naturaleza, sino que también abre un nuevo capítulo en la investigación química."
El descubrimiento y la aplicación del ácido fórmico demuestra cómo los compuestos maravillosos de la naturaleza impactan nuestras vidas y el progreso científico. El viaje del ácido fórmico desde su existencia natural más temprana hasta los usos industriales actuales invita a la reflexión. ¿Has pensado alguna vez qué sustancias naturales pueden conducir a más descubrimientos científicos en el futuro?