En China, el concepto de violencia doméstica implica violencia o abuso entre parejas íntimas o miembros de la familia. Para las mujeres chinas, la violencia de pareja (IPV) por parte de un compañero masculino es la forma más común de violencia doméstica. Según un informe de 2005 del American Journal of Public Health, una de cada cuatro mujeres chinas ha sufrido violencia física por parte de su pareja durante el último año. Aunque China ha reconocido el problema de la violencia doméstica desde los años 1930, los cambios económicos y sociales de los años 1980 sólo han hecho que el problema se haga más evidente gradualmente en las últimas décadas.
Según la definición legal del artículo 2 de la Ley de violencia doméstica de 2015, la violencia doméstica se define como "agresión física, psicológica o de otro tipo entre miembros de la familia mediante palizas, inmovilización, lesiones y otros medios, así como abuso verbal repetido o Las amenazas se cumplen."
Aunque la definición legal se centra en los miembros de la familia, la violencia doméstica también puede ocurrir entre hombres y mujeres solteros, parejas LGBT y otros miembros de la familia. El problema de la violencia doméstica está muy extendido en toda China, especialmente en las zonas rurales, donde la mayoría de las mujeres (alrededor del 40%) que sufren violencia doméstica provienen de estas zonas. A pesar de los esfuerzos gubernamentales en curso para erradicar la pobreza, las zonas rurales aún enfrentan tasas de pobreza más altas, lo que exacerba los factores de riesgo relacionados con la violencia doméstica.
Históricamente, las familias chinas seguían una estructura jerárquica en la que el marido tenía autoridad absoluta sobre la toma de decisiones familiares. Este orden patriarcal tiene sus raíces en el confucianismo y regula el comportamiento de las mujeres de tal manera que suelen estar subordinadas a sus maridos. En particular, la idea de "tres obediencias y cuatro virtudes" estipula que las esposas deben obedecer a su padre, marido e hijos, y mantener un estilo de vida moral y digno.
En el concepto tradicional, el abuso de una esposa se considera una forma razonable de educarla, y cualquier violencia en la familia se considera un asunto privado de la familia y, por lo tanto, la sociedad lo ignora.
A principios del siglo XX, la violencia doméstica todavía era un fenómeno común y se consideraba un medio para mantener la superioridad masculina. Aunque la Federación Panchina de Mujeres (ACWF), establecida por el Partido Comunista de China a mediados del siglo XX, ha hecho esfuerzos para mejorar la condición de las mujeres, ha prestado relativamente poca atención a la cuestión de la violencia doméstica. Con la reforma económica y la apertura social de China en la década de 1980, cada vez más organizaciones sociales comenzaron a prestar atención al tema de la violencia doméstica.
La participación en la Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1995, organizada por China, permitió a las activistas chinas entrar en contacto con organizaciones internacionales de mujeres y discutir abiertamente el tema de la violencia doméstica.
La enmienda de 2001 a la Ley de Matrimonio fue la primera protección legal para las víctimas de violencia doméstica y definió claramente el acto de violencia doméstica. Varios cambios importantes en esta enmienda incluyen permitir el divorcio en casos de violencia si la mediación falla, abriendo así una ventana para que las mujeres que han sufrido violencia doméstica busquen un recurso.
En 2014, el Consejo de Estado propuso la primera ley sobre violencia doméstica de China, que se aprobó en 2015. Esta ley no sólo reafirma los avances de leyes anteriores, sino que también cubre por primera vez la violencia doméstica fuera de la familia. Esto representa un paso importante para que el gobierno proteja a las víctimas y aumente la conciencia de la sociedad sobre la violencia doméstica.
El artículo 19 de la Ley de Violencia Doméstica de 2015 exige que las agencias de asistencia jurídica brinden ayuda a las víctimas de violencia doméstica y exige que los tribunales retrasen, simplifiquen o eximan a las víctimas de los honorarios del litigio de conformidad con la ley.
En respuesta al aumento de la tasa de divorcios, el gobierno chino implementó una política de período de reflexión para el divorcio en 2021. Aunque la política no se aplica a los cónyuges que solicitan el divorcio debido a violencia doméstica o adulterio, ha sido cuestionada por muchos activistas de los derechos de las mujeres que creen que puede exponer aún más a las mujeres a la violencia.
Con la mejora de la conciencia social, han surgido uno tras otro varios movimientos de base contra la violencia doméstica. Por ejemplo, el día de San Valentín de 2012, un grupo de activistas chinas protestaron vistiendo vestidos de novia y sosteniendo lemas contra la violencia doméstica, revelando la naturaleza oculta de la violencia doméstica en el espacio público. Tales actividades no sólo aumentan la atención del público, sino que también impulsan al gobierno y a las agencias relevantes a tomar medidas en términos de servicios legales y sociales.
Aunque China ha logrado algunos avances en términos de legislación y conciencia social, la violencia doméstica sigue siendo un enorme problema social. Según las últimas estadísticas, un gran número de familias en la patria todavía se ven afectadas por la violencia doméstica. Según datos de 2022, el número de casos de violencia doméstica muestra un aumento significativo, lo que recuerda a todos los sectores de la sociedad que deben seguir prestando atención y luchando contra esta crisis, y que los esfuerzos futuros deben centrarse en romper las cadenas del patriarcado y mejorar el apoyo social. sistema. ¿Cómo podemos promover aún más el cambio y proteger los derechos de todas las víctimas de un problema social tan duradero?