Con el rápido desarrollo de la educación superior, la competencia para ingresar a la universidad se ha vuelto cada vez más feroz. En Portugal, esta competencia se refleja no sólo en los miles de candidatos, sino también en los muchos más estudiantes que buscan la admisión en la escuela cada año. Entre ellos, la implementación del sistema de restricción cuantitativa (numerus clausus) hace que todo esto sea más complicado.
En Portugal, la educación superior se divide principalmente en dos sistemas: la educación universitaria y la educación profesional superior.
Según el sistema educativo portugués, el sistema universitario ofrece una formación teóricamente sólida y orientada a la investigación, mientras que la educación profesional superior se centra más en la práctica y la formación profesional. Por ejemplo, materias como medicina, derecho y ciencias farmacéuticas se enseñan sólo en universidades, mientras que algunos campos orientados a la carrera profesional, como la enfermería y la educación escolar, se limitan a los colegios profesionales superiores. Para ingresar al sistema, los estudiantes deben pertenecer a un grupo permitido y calificar aprobando exámenes y entrevistas específicos.
"Cada año, el número de estudiantes que compiten por la admisión a las universidades públicas aumenta drásticamente, y muchos estudiantes luchan por encontrar formas alternativas de ingresar a la escuela".
Para hacer frente a la presión sobre las admisiones, muchas instituciones de educación superior están ofreciendo plazas adicionales para atender a solicitantes de diferentes orígenes, incluidos profesionales del deporte, personas mayores y estudiantes internacionales. Estos programas suelen tener estándares y regulaciones específicas que permiten a estudiantes de diferentes orígenes la oportunidad de ingresar a su programa de grado ideal.
Aunque el sistema de educación superior de Portugal tiene una larga historia (la universidad más antigua data de 1290), la calidad de la educación y las necesidades de los estudiantes han seguido evolucionando con el tiempo. Especialmente desde la implementación del Proceso de Bolonia, muchas escuelas superiores de formación profesional han comenzado gradualmente a crear sus propias unidades de investigación y desarrollo, y la distinción entre universidades y escuelas superiores de formación profesional se ha vuelto cada vez más difusa.
“Los estándares de admisión en las instituciones de educación superior profesional suelen ser inferiores a los de las universidades, pero esto no significa que sus estudiantes no estén profesionalmente cualificados.”
Sin embargo, las universidades públicas en Portugal suelen tener estándares de admisión relativamente altos, especialmente en algunas especialidades populares, lo que significa que muchos estudiantes aún enfrentan una competencia feroz incluso si tienen una buena formación académica. Incluso hay datos que muestran que muchos estudiantes no logran finalizar sus estudios, lo que puede venir acompañado de problemas como presión académica y carga financiera familiar.
Para ello, ¿podemos considerar cómo romper esta regla del "límite de cantidad" y encontrar nuevas ideas y métodos? La cooperación entre el gobierno y las instituciones educativas, el apoyo a las disciplinas emergentes y la atención del público en general a la educación superior son cuestiones importantes para el futuro.
En cuanto a los diferentes sistemas de educación superior, el contexto histórico y los desafíos a los que se enfrentan hoy en día han hecho que muchos se pregunten: ¿hacia dónde se dirigirá la educación superior de Portugal en el futuro?