Con el avance de la ciencia y la tecnología, nuestra demanda de tecnología de detección de luz sigue creciendo. Especialmente en campos de alta tecnología como la computación cuántica y la biomedicina, encontrar equipos que puedan capturar con sensibilidad la luz débil se ha convertido en un tema importante. Entre ellos, el diodo de avalancha de fotón único (SPAD) ha demostrado un gran potencial en el campo de la detección de luz debido a su principio de funcionamiento único. Este artículo analizará más de cerca el funcionamiento de los SPAD, especialmente cómo funcionan en modo Geiger, y revelará su valor en una variedad de aplicaciones.
Principio básico de funcionamiento del SPADUn SPAD estándar es un fotodiodo operado con alta polarización inversa, diseñado para permitir que los fotones entrantes generen electrones y huecos positivos. La colisión de estos portadores puede provocar la liberación de electrones adicionales, lo que desencadena un efecto de "avalancha" que mejora aún más la generación de señales.
En el modo Geiger, la ganancia de un SPAD puede alcanzar entre 10^5 y 10^6, lo que lo convierte en un detector de fotón único extremadamente sensible.
El modo Geiger es un estado operativo especial en el que el voltaje inverso del SPAD se establece por encima de su voltaje de ruptura. Esto significa que incluso la incidencia de un solo fotón puede provocar un enorme aumento de la corriente. Sin embargo, debido a la naturaleza de alta ganancia, cuando se genera una señal, debe limitarse rápidamente para evitar una condición de conducción sostenida, lo que se logra mediante técnicas de eliminación activa y pasiva.
Selección de materiales para SPAD El rendimiento de SPAD también se ve afectado por los materiales utilizados. El silicio puede detectar eficazmente la luz visible y la luz infrarroja cercana, mientras que el germanio puede detectar la luz infrarroja hasta una longitud de onda de 1,7 micrones. Sin embargo, el germanio tiene un ruido de ganancia relativamente alto, mientras que los diodos que utilizan InGaAs amorfo pueden optimizarse para la detección de hasta 1,6 micrones, y su ruido de ganancia es relativamente bajo, lo que los hace adecuados para las necesidades de comunicación de alta velocidad.El funcionamiento eficaz del SPAD en modo Geiger depende del control de su tasa de conteo oscuro y de la probabilidad de pulso posterior, que son indicadores importantes para garantizar la precisión de la detección.
La alta sensibilidad de los SPAD los hace clave en muchos campos, incluidas las comunicaciones cuánticas, las imágenes médicas (como la tomografía por emisión de positrones) y la investigación en física de partículas. Debido a que los SPAD pueden contar con precisión la llegada de fotones individuales, esto es crucial para estudiar el comportamiento de la luz en escalas extremadamente pequeñas.
Si bien los SPAD tienen muchas ventajas, su rendimiento está limitado por varios factores, entre ellos la eficiencia cuántica, la alta corriente de fuga y fuentes de ruido adicionales, como el ruido de ganancia y el ruido Fano. Estos factores pueden afectar la sensibilidad y precisión finales del dispositivo, por lo que no solo es necesario controlar estrictamente la polarización inversa, sino que también es necesario optimizar continuamente los materiales y diseños para reducir el impacto del ruido.
Al preguntarnos cómo afectarán todas estas ventajas tecnológicas a nuestro futuro, ¿puede SPAD convertirse en la corriente principal de la futura tecnología de detección óptica?