El desarrollo de sistemas subterráneos de transmisión de energía es el resultado del progreso tecnológico y la demanda, desde los simples cables iniciales hasta las complejas redes actuales, el rápido progreso de esta tecnología ha tenido un profundo impacto en nuestras vidas. En comparación con las líneas eléctricas aéreas tradicionales, las líneas eléctricas subterráneas han demostrado ventajas significativas en la reducción del riesgo de incendios forestales y los cortes de energía durante condiciones climáticas severas. Dado que el público concede gran importancia a la seguridad y la belleza medioambiental, la transmisión de energía subterránea se está volviendo cada vez más popular.
La historia de la transmisión de energía subterránea se remonta a las antiguas técnicas mineras y a los cables telegráficos submarinos. Los cables se utilizaban en Rusia para detonar explosivos mineros ya en 1812, y en 1850 se utilizaban para transmitir señales telegráficas a través del Canal de la Mancha. Con el desarrollo de los sistemas eléctricos, la aplicación de cables subterráneos ha comenzado a expandirse. Thomas Edison utilizó "tuberías de calle" subterráneas de CC en sus primeros sistemas de distribución de electricidad, inicialmente aisladas con arpillera y luego con aislamiento de caucho.
Con el tiempo, los avances en las técnicas de aislamiento y fabricación han llevado al uso generalizado de cables subterráneos.
En comparación con los cables aéreos, los cables subterráneos pueden reducir eficazmente el impacto de las líneas eléctricas de alto voltaje en el paisaje, especialmente en ciudades o áreas con terrenos costosos y áreas ambientalmente sensibles. Según un informe de la Comisión de Servicios Públicos de Wisconsin de 2024, un cable aéreo de 69 kilovoltios cuesta 284.000 dólares por milla, mientras que el cable subterráneo correspondiente cuesta hasta 1,5 millones de dólares. Como resultado, las empresas de servicios públicos suelen actuar con cautela al seleccionar cables enterrados.
Los cables subterráneos tienen las siguientes ventajas significativas sobre los cables aéreos:
Los sistemas subterráneos de distribución de energía hacen que el diseño urbano sea más flexible y aumentan el potencial de ecologización en espacios limitados.
Sin embargo, la construcción y el mantenimiento de sistemas de cables subterráneos no están exentos de desafíos. El coste del tendido de cables subterráneos suele ser varias veces mayor que el de las líneas eléctricas aéreas. No sólo el coste del material es elevado, sino que la construcción también es más compleja. Debido a que la detección y reparación de fallas en cables subterráneos a menudo lleva más tiempo, esto podría resultar en cortes más prolongados. Además, la construcción del terreno también afectará el tráfico y causará molestias.
Los métodos de instalación de cables subterráneos incluyen:
También existen diferencias en la gestión de la transmisión subterránea de energía en diferentes regiones. Por ejemplo, Europa tiene regulaciones claras sobre la recuperación de costos de los cables subterráneos, y el costo del soterramiento se amortiza mediante los precios correspondientes a los usuarios. En Estados Unidos, la Comisión de Servicios Públicos de California permite que se implementen proyectos de soterramiento en diferentes circunstancias, algunas de las cuales son compartidas por los usuarios.
Ya sea en las etapas de diseño, construcción u operación, el desarrollo de sistemas subterráneos de transmisión eléctrica requiere colaboración multipartita e innovación tecnológica.
Con la creciente conciencia global sobre el desarrollo sostenible y el medio ambiente, la tecnología de transmisión subterránea de energía continuará evolucionando e innovando para satisfacer las necesidades de seguridad y estética de la sociedad futura. En el futuro, ¿podemos ver más ciudades trasladando sus sistemas de energía al subsuelo para mejorar la apariencia de la ciudad y el entorno de vida?