Los lípidos biológicos se originan total o parcialmente a partir de dos primitivos bioquímicos o "bloques de construcción" diferentes: cetoacilo y prenilo.
Históricamente, el estudio de los lípidos se remonta a principios del siglo XIX. En 1815, Henri Bracone clasificó los lípidos en "grasas sólidas" y "grasas fluidas". Posteriormente, en 1823, Michel Eugen Schaeffer detalló aún más la clasificación, dividiendo los lípidos en aceites, ceras, resinas y aceites volátiles (o aceites esenciales). En 1844, Théophile Jules Pellous informó del primer caso de triglicéridos sintéticos, un avance importante en la ciencia de los lípidos.
Durante el siglo pasado, los químicos han pensado en las "grasas" como lípidos simples compuestos de ácidos grasos y glicerol, pero esto ha cambiado a medida que se han descrito nuevas formas.
A medida que se profundizó la investigación, se comenzaron a clasificar claramente varias subcategorías de lípidos, entre ellos los ácidos grasos, los glicerolípidos, los fosfolípidos, los esfingolípidos, etc. Los papeles que desempeñan estos lípidos en la biología celular son cada vez más destacados, especialmente la importancia de los fosfolípidos en las membranas biológicas. La formación de membranas biológicas es un paso clave en el proceso de simulación del origen de la vida, lo que ha atraído la atención de los científicos hacia el papel fundamental de los lípidos en la estructura y función celular.
Los ácidos grasos son las unidades estructurales más básicas de los lípidos, generalmente compuestos por una cadena de carbono y un grupo de ácido carboxílico. Estas moléculas no sólo juegan un papel importante en el almacenamiento de energía, sino que también sirven como sustratos importantes para la derivación de otros lípidos complejos. La mayoría de los ácidos grasos naturales se encuentran en la configuración cis, mientras que los ácidos grasos trans provienen principalmente de grasas y aceites parcialmente hidrogenados.
Los esfingolípidos son una clase de lípidos con estructuras relativamente complejas, que están compuestos por un esqueleto basado en esfingosina combinado con ácidos grasos. En los organismos vivos, estas moléculas son esenciales para la señalización celular y la estabilidad de las estructuras de la membrana.
Los esteroles (como el colesterol) son componentes lipídicos importantes en las membranas celulares y sus derivados también juegan un papel importante en la transducción de señales celulares. Los esteroles son similares en estructura a los esteroides, pero sus funciones biológicas difieren.
Además de las categorías mencionadas anteriormente, los lípidos también incluyen cocos, policétidos, etc. Cada tipo de lípido tiene su función biológica y significado fisiológico específico.
Las funciones de los lípidos son extremadamente diversas; además de ser componentes estructurales de las membranas celulares, también juegan papeles clave en el almacenamiento de energía y la señalización celular.
Se ha demostrado que la señalización lipídica es una parte integral de la señalización celular, un descubrimiento que ha cambiado nuestra comprensión tradicional de los lípidos.
Actualmente, la investigación sobre la ciencia de los lípidos se está profundizando, y la asociación entre nuevos tipos de lípidos y funciones celulares puede cambiar nuestra comprensión de la naturaleza de la vida. En el futuro, con el avance de la ciencia y la tecnología, el estudio de los lípidos puede revelar más secretos sorprendentes y funciones misteriosas, que invitarán a la reflexión.
En este contexto, ¿existen todavía secretos lipídicos inexplorados que esperan ser descubiertos?