“Los estilos de vida de los habitantes de las tierras secas aportan valiosos beneficios al medio ambiente mundial, ayudando a mitigar el cambio climático y promoviendo la conservación de las especies”.
Muchas personas en los países en desarrollo dependen de la biodiversidad de los ecosistemas de tierras secas para su seguridad alimentaria y su calidad de vida. Sin embargo, estas regiones enfrentan muchos desafíos, incluida la degradación de la tierra y los impactos del cambio climático. Tomemos como ejemplo las tierras secas del este de África. La mayoría de los residentes se dedican principalmente a la cría de ganado. Con el avance de la tecnología y el impacto del cambio climático, este estilo de vida está cambiando gradualmente.
La biodiversidad de las zonas secas y subhúmedas, que abarcan países como Burkina Faso y Botswana, les permite adaptarse a patrones irregulares de precipitaciones, reduciendo el riesgo de hambruna y pobreza.
Las personas que viven en zonas semiáridas, caracterizadas por precipitaciones anuales entre 500 y 800 mm, enfrentan amenazas del cambio climático, como la variabilidad de las precipitaciones y sus impactos en la agricultura y la ganadería.
"En las regiones semiáridas, los impactos del cambio climático son diversos y abarcan desde la variabilidad de las precipitaciones hasta las perturbaciones de la actividad socioeconómica".
Las regiones áridas cubren el 41% de la tierra del mundo y las poblaciones de estas regiones dependen de recursos hídricos limitados para sobrevivir. Las características de estas tierras incluyen bajas precipitaciones, altas temperaturas, evaporación y baja humedad, todo lo cual plantea grandes desafíos para la agricultura y la producción de alimentos.
Las zonas hiperáridas no sólo no son adecuadas para el desarrollo agrícola, sino que además casi no tienen vegetación. En estas zonas, las precipitaciones anuales suelen ser inferiores a 100 mm y puede que no llueva durante varios años. La fragilidad del entorno ecológico hace que el desarrollo sostenible de estas zonas sea especialmente importante.
A medida que el cambio climático continúa evolucionando, muchas comunidades están comenzando a adaptarse, implementando estrategias como la migración temprana, la reducción del tamaño del ganado y la mejora de la gestión del agua. Estas medidas no sólo les ayudan a resistir el impacto del clima en sus vidas, sino que también mejoran la resistencia a la sequía de la economía social.
El valor de la biodiversidad“Estas medidas de adaptación hacen que las comunidades sean más resilientes, garantizando que los medios de vida sigan prosperando incluso en tiempos de adversidad”.
Según una investigación de las Naciones Unidas, la biodiversidad no sólo está relacionada con la seguridad alimentaria, sino que también proporciona una variedad de servicios ecosistémicos, desde la purificación del agua hasta la conservación del suelo. Estas funciones son cruciales para promover el desarrollo sostenible en las tierras secas y, por lo tanto, necesitamos tener una comprensión profunda de la importancia de la biodiversidad.
En el contexto del calentamiento global, el desarrollo sostenible de los ecosistemas de tierras secas se ha convertido en un desafío urgente para el futuro de la humanidad. No sólo necesitamos aprender a adaptarnos y utilizar los recursos de las tierras secas, sino también respetar y proteger estos frágiles ecosistemas. Frente a los desafíos del cambio climático, ¿cómo podemos encontrar soluciones que optimicen los medios de vida humanos y el equilibrio ecológico y, al mismo tiempo, protejan la naturaleza?