Leptospira interrogans, una bacteria con forma de destornillador que se encuentra principalmente en regiones tropicales y cálidas, puede sobrevivir en el suelo o el agua durante semanas o incluso meses. Es uno de los patógenos que causa muchas infecciones en mamíferos y es patógeno para animales salvajes y domésticos, incluso los perros de compañía. Aún más preocupante es que estas bacterias pueden transmitirse a los humanos a través del contacto con agua o suelo contaminados y a través de su orina. La infección puede causar síntomas parecidos a los de la gripe y es más probable que cause daño al hígado y a los riñones; corren especial riesgo las personas que trabajan en estrecha colaboración con animales, como granjeros y veterinarios.
Mirando más allá, esta alimentación bacteriana tiene sus propias características únicas. L. interrogans es una bacteria aeróbica que depende de ácidos grasos de cadena larga para la producción de energía. La bacteria produce ATP a través de la fosforilación oxidativa, con oxígeno y peróxido como sus principales aceptores de electrones. Su genoma está formado por dos cromosomas circulares y contiene hasta 3.700 genes codificadores de proteínas, lo que le permite sobrevivir y reproducirse en entornos específicos mejor que otras bacterias. Descifrado de una infección en dos etapas"La infección por L. interrogans generalmente ocurre en dos etapas: la primera se manifiesta con fiebre, dolor de cabeza y náuseas, mientras que la segunda etapa puede provocar síntomas más graves, como sangrado e insuficiencia tubular renal".
>
Durante la fase anictérica inicial de la infección, los pacientes pueden experimentar síntomas no específicos como fiebre, escalofríos, dolor muscular y vómitos. Sin embargo, la mayoría de las personas se detienen en esta etapa y no progresan a la segunda etapa más grave, que es la ictericia. Esta etapa a menudo se denomina enfermedad de Weil y sus síntomas incluyen agrandamiento del hígado, ictericia y daño tubular renal, que puede provocar insuficiencia orgánica en casos graves.
"Incluso después de que se confirma la infección, las diferentes cepas circulantes de L. interrogans complican el desarrollo de la vacuna, y las vacunas existentes tienen una eficacia limitada y requieren dosis de refuerzo frecuentes".
El tratamiento de las infecciones causadas por L. interrogans se basa principalmente en antibióticos, incluidos penicilina y doxiciclina. Sin embargo, frente al desafío de más de 200 serotipos patógenos, la efectividad de las vacunas aún es insatisfactoria, lo que hace que la recuperación postinfección sea más urgente y complicada.
L. interrogans es principalmente una bacteria asociada al huésped y las infecciones son más comunes en las regiones tropicales. Durante la infección, las bacterias invaden inicialmente la sangre y luego se propagan a múltiples órganos, especialmente los riñones. En la literatura pertinente se considera que las ratas son los principales portadores de brotes locales, excretando continuamente patógenos en su orina sin mostrar síntomas. Además, estos patógenos pueden entrar en un nuevo huésped a través de heridas en la piel o en las membranas mucosas.
"Durante la infección, L. interrogans puede entrar al cuerpo a través de heridas expuestas, pero no puede atravesar una barrera cutánea intacta".
Por supuesto, la propagación de estos patógenos en la sociedad no se limita a los animales. A medida que el medio ambiente cambia, las fuentes de agua en ciertas áreas también se han convertido en posibles fuentes de infección. L. interrogans puede sobrevivir durante largos períodos de tiempo en agua dulce, y las condiciones de vida adecuadas dificultan la prevención y el control.
A nivel patológico, L. interrogans es capaz de inducir una respuesta bifásica, participando en una interacción compleja con el sistema inmune del huésped. Los estudios han demostrado que esta bacteria puede causar daños en la membrana de las células endoteliales, lo que provoca infecciones en casi todos los órganos. Se debe prestar atención a este posible daño. En los perros, la bacteria desencadena una fuerte respuesta inflamatoria y provoca un parto prematuro y un aborto espontáneo del feto.
"Se puede decir que la reproducción y supervivencia de L. interrogans depende no sólo de las condiciones ambientales adecuadas, sino también de las características patológicas formadas durante su evolución".
Con el cambio climático global y la urbanización acelerada, las vías de transmisión y los riesgos de L. interrogans pueden aumentar aún más. Tal vez sea necesario reexaminar las medidas de seguridad al interactuar con animales y la importancia de la descontaminación ambiental. Frente a esta serie de cuestiones complejas, ¿cómo prevenir y controlar eficazmente los riesgos potenciales de infección merece una profunda reflexión por parte de cada uno de nosotros?