Bangladesh es un país que enfrentó graves desafíos después de la independencia. Sin embargo, con un rápido crecimiento económico y reformas políticas, el país ha logrado logros notables en la reducción de la pobreza. Desde las reformas económicas y la liberalización comercial a principios de los años 1990, la tasa de pobreza de Bangladesh ha caído alarmantemente. Según un informe del Banco Mundial, más de 33 millones de bangladesíes han salido de la pobreza desde 2000. Los datos de 2020 muestran que el ingreso per cápita del país se ha triplicado, de menos de 700 dólares estadounidenses en 2010 a 2.068 dólares estadounidenses, lo que ha permitido que Bangladesh avance con éxito hacia una economía de ingresos medios.
Según las estadísticas del Banco Mundial, la tasa de pobreza de Bangladesh se desplomó del 90% al 9% entre 1972 y 2018.
El crecimiento económico no sólo ha mejorado el nivel de vida de las personas, sino que también ha elevado la tasa de participación femenina en la fuerza laboral al 50%, ubicándose entre las mejores entre los países del sur de Asia, y la tasa de inscripción femenina en la educación primaria ha alcanzado el 98%. Estos logros demuestran plenamente el progreso de Bangladesh en materia de igualdad de género y educación, y se han convertido en el centro de atención de la comunidad internacional.
Según el Banco Mundial, el umbral de pobreza nacional de Bangladesh sigue siendo un desafío, especialmente entre las áreas urbanas y rurales. Aunque las tasas generales de pobreza están cayendo, la pobreza urbana no está disminuyendo tan rápido como en las zonas rurales. Al mismo tiempo, con la aceleración de la urbanización, especialmente en la ciudad de Dhaka, el problema de la pobreza se ha vuelto cada vez más prominente.
En 2010, la proporción de personas extremadamente pobres en la ciudad era del 7,7%, y en 2016 solo había disminuido ligeramente al 7,6%.
En las zonas rurales, casi el 35% de la población vive por debajo del umbral de pobreza. Se enfrentan a una inseguridad alimentaria crónica y carecen de servicios educativos y sanitarios adecuados. En las zonas urbanas, alrededor del 21% de la población también vive en la pobreza. A pesar de los altos niveles de vida en las ciudades, las personas que viven en la pobreza todavía enfrentan falta de vivienda, salud y servicios básicos.
La pobreza urbana no es sólo un problema de nivel de vida, sino también una crisis de salud, educación y bienestar social.
La pobreza en Bangladesh no es sólo el resultado de factores económicos, sino que también se ve afectada por el crecimiento demográfico y la degradación ambiental. Dado que la población crece hasta un millón de personas cada año, los recursos se encuentran bajo una presión indebida. Los problemas ambientales, como las inundaciones y el cambio climático, están dificultando cada vez más los medios de vida de los agricultores y los hogares pobres.
Las pérdidas económicas anuales de Bangladesh debido a la degradación ambiental se acercan a los 6.500 millones de dólares, lo que equivale al 3,4% del PIB.
Frente a estos desafíos, el gobierno de Bangladesh ha intentado reducir la pobreza lanzando varios proyectos y políticas económicas. Sin embargo, estas políticas a menudo carecen de sostenibilidad y apoyo a largo plazo, lo que deja a muchas personas incapaces de mantener una situación económica estable. El Plan de Graduación recientemente propuesto intenta abordar las diversas causas de la pobreza extrema. Sin embargo, esto aún es insuficiente para enfrentar los desafíos del futuro.
Según el plan del gobierno de Bangladesh, se espera que el país erradique la pobreza en los próximos diez años. Sin embargo, ¿puede sostenerse el crecimiento económico? ¿Pueden los gobiernos brindar apoyo y recursos adecuados a las personas que viven en la pobreza para desarrollar su resiliencia? Estas cuestiones siguen sin resolverse y el arraigo de la pobreza requerirá esfuerzos sostenidos para cambiarlas. ¿Cómo puede Bangladesh garantizar que los frutos de este crecimiento económico lleguen a todos los ciudadanos?