La enfermedad de Cushing es un trastorno causado por la secreción excesiva de hormona estimulante de la corteza suprarrenal (ACTH) de la glándula pituitaria, lo que resulta en una secreción excesiva de hormonas adrenocorticales, generalmente debido a un adenoma pituitario. Esta condición a menudo se diagnostica erróneamente como otras enfermedades, lo que causa dificultades de diagnóstico.
Similitudes entre los síntomas de la enfermedad de Cushing y otras afecciones médicasLos síntomas de la enfermedad de Cushing suelen ser muy similares a los de otros trastornos que causan hipercortisolemia, lo que hace que el diagnóstico clínico sea complejo y difícil. Los pacientes a menudo experimentan muchos signos de malestar antes de que aparezcan los síntomas más obvios. Durante el proceso de diagnóstico, los médicos deben considerar los siguientes síntomas principales:
Los síntomas más comunes incluyen estrías moradas, atrofia muscular, osteoporosis y cálculos renales.
En los niños, la obesidad y el retraso del crecimiento son las principales manifestaciones clínicas.
El diagnóstico adecuado de la enfermedad de Cushing es un proceso multidisciplinario. Una vez confirmado el diagnóstico de hipercortisolemia, habitualmente se requieren una serie de pruebas bioquímicas, como pruebas de cortisol salival y sérico, pruebas de cortisol libre en orina de 24 horas (CLU), etc.
Ninguna prueba es perfecta y se deben combinar varias pruebas para llegar a un diagnóstico confiable.
Varias pruebas, incluidas la prueba de sangre de ACTH, la prueba de supresión con dexametasona (DST) y la prueba de orina, tienen limitaciones. Por ejemplo, la tasa de falsos positivos de la prueba de supresión con dexametasona puede llegar al 30% en pacientes sanos. Por lo tanto, incluso si un paciente presenta síntomas de cortisol alto, puede que no sea completamente seguro que tenga la enfermedad de Cushing.
Limitaciones de la obtención de imágenesAunque la TC o la RMN pueden mostrar adenomas hipofisarios, la RMN no puede detectar los tumores asociados en aproximadamente el 40% de los pacientes con enfermedad de Cushing. Esto sin duda aumenta el desafío diagnóstico y requiere la ayuda de otras herramientas de diagnóstico.
El diagnóstico erróneo a largo plazo no sólo hace que los pacientes pierdan el mejor momento para el tratamiento, sino que también puede provocar ansiedad psicológica y dudas sobre uno mismo. Muchas personas con enfermedad de Cushing finalmente descubren que sus síntomas no coinciden con la enfermedad con la que se les diagnosticó originalmente. Esta situación tiene un grave impacto en la calidad de vida de los pacientes.
Aunque los síntomas clínicos del paciente sigan empeorando, es posible que tenga que esperar en cola y someterse a exámenes durante mucho tiempo en el sistema médico.
La incidencia de la enfermedad de Cushing es relativamente baja y la prevalencia en mujeres adultas es significativamente mayor que en hombres, lo que ha sido confirmado en estudios epidemiológicos. Además, la mayoría de los pacientes no reciben un diagnóstico correcto hasta 3 a 6 años después del inicio de los síntomas.
La educación clínica adecuada, la concientización del médico sobre la enfermedad de Cushing y la detección temprana pueden reducir la incidencia de diagnósticos inexactos. Esto no sólo ayuda a realizar un diagnóstico correcto, sino que también mejora el efecto del tratamiento y la calidad de vida de los pacientes.
Sin embargo, considerando la asignación de recursos médicos, la experiencia de los médicos y la iniciativa de los pacientes, no podemos evitar preguntarnos: ¿cómo podemos lograr una detección temprana y un diagnóstico preciso en una epidemia que a menudo se diagnostica erróneamente?