La broma, como forma de expresar el humor humano, siempre ha jugado un papel importante en la sociedad. Desde la antigüedad hasta nuestros días, estos comportamientos humorísticos se pueden ver en escuelas, oficinas y comunidades. Las personas que realizan bromas, a menudo llamadas bromistas, tienen como objetivo hacer reír a los demás de una manera alegre. Sin embargo, este tipo de juegos no siempre son aceptados por todo el mundo y, en ocasiones, incluso provocan una serie de problemas éticos y legales.
La definición de broma es "real" porque implica algún acto físico, a diferencia de una broma hablada o escrita.
Históricamente, las bromas a menudo se consideraban una forma alegre de interacción social diseñada para sorprender a la víctima sin causar un daño real. Tales bromas ayudan a fortalecer las relaciones porque a menudo se basan en la amistad y el humor, con el objetivo final de no causar vergüenza sino promover la risa. Por ejemplo, en la oficina, las pequeñas bromas en compañeros de trabajo como envolver sus escritorios en papel de Navidad o colocar gelatina en los teclados de su computadora son solo una forma de burlas sociales.
El objetivo final de una broma es hacer reír a la víctima, no humillarla.
Ha habido una cultura de bromas entre los estudiantes universitarios durante muchos años, que a menudo implican hurto o robo intencional. El robo de conos de tráfico ha sido tradicionalmente un tema controvertido. En algunas universidades del Reino Unido, los estudiantes utilizan los conos de tráfico como una delicada presa de broma, lo que incluso desencadenó un debate en el parlamento. En la década de 1990, una "amnistía del cono de tráfico" iniciada por la policía universitaria en el Reino Unido, que permitió a los estudiantes devolver los conos de tráfico robados sin enfrentar penalización, destacó la prevalencia de bromas entre los estudiantes.
Muchas historias de bromas famosas se originaron a partir de la creatividad de escritores y artistas. El pintor estadounidense Waldo Pierce le hizo una broma clásica a una tortuga en París en la década de 1920. Le llevó una tortuga grande al conserje del edificio y luego la reemplazó con tortugas más grandes, para sorpresa y felicidad de la criada. Más tarde, la historia se convirtió en la inspiración para el libro infantil Esio Trot de Rod Dahl.
En estas bromas suelen aparecer elementos como plátanos, arañas de goma, cigarros que explotan y bombas fétidas, lo que las hace reír a carcajadas.
A medida que avanza la tecnología, las bromas modernas se vuelven más sofisticadas. En Canadá, los estudiantes de ingeniería de la Universidad de Columbia Británica son famosos por sus bromas anuales, como colgar un Volkswagen Beetle del famoso Puente Golden Gate. Los estudiantes del MIT son conocidos por sus sofisticados "trucos" y sus bromas que traspasan los límites de la creatividad y la tecnología.
Ocasionalmente, las bromas se adaptan al contexto sociopolítico de la época, haciendo más diversa su presentación.
En algunos casos, las bromas pueden incluso convertirse en una expresión sociocultural. Por ejemplo, la "garrapata de piedra" en el oeste americano y los ciervos falsos en los Estados Unidos se han convertido en puentes culturales entre las ciudades y las zonas rurales. Estos pequeños tontos no son sólo bromas a amigos y colegas, sino que se han convertido en parte de la vida social, reflejando el sentido del humor y el estilo de vida de los lugareños.
Las bromas a menudo simulan la realidad de una manera humorística, haciendo que la gente reconsidere las posibilidades de la vida.
En la sociedad actual, las bromas siguen siendo un importante lubricante social. Ya sea en el campus universitario o en la oficina todos los días, estos comportamientos humorísticos aparentemente inofensivos añaden mucho color a la vida y promueven la comunicación y el entendimiento entre las personas. En cuanto a cómo se desarrollarán estas bromas en la sociedad futura, ¿quizás valga la pena pensar y esperar?