En la sociedad actual dominada por los medios de comunicación, los límites entre la cultura popular y la cultura de consumo se están desdibujando gradualmente. Con el rápido desarrollo de los medios, especialmente el auge de las redes sociales, nuestras elecciones se han visto afectadas como nunca antes. Esto no sólo involucra nuestra conducta de consumo, sino que también afecta nuestros pensamientos, valores e identidad cultural.
La cultura mediática enfatiza la influencia generalizada de los medios en la opinión pública, los gustos y los valores, especialmente en forma de televisión, noticias, radio y cine.
Los académicos que analizan la cultura de los medios señalan que el papel de los medios ha pasado de ser un mero transmisor de información a ser un formador de cultura. En el siglo XX, con el auge de los medios de comunicación, se consideraba que la producción cultural en las sociedades capitalistas occidentales estaba impulsada por los medios. Esto no es sólo un fenómeno ocasional, sino que está profundamente arraigado en nuestra vida diaria a través de los medios de comunicación.
En cuanto a la influencia de los medios de comunicación en la cultura, muchos críticos creen que promueven un fenómeno de "estupidización" de la sociedad. Esta situación es particularmente evidente en los reportajes de noticias y programas de entretenimiento. Por ejemplo, cada vez más periódicos se centran en chismes de celebridades e historias sensacionalistas en lugar de una cobertura internacional en profundidad. Esos cambios han dado lugar a que obras artísticas y literarias de alta calidad y tradiciones populares genuinas sean reemplazadas por contenidos accesibles al público y fáciles de entender.
"La cultura pop y los medios de comunicación tienen una relación simbiótica: dependen uno del otro, entrelazados en una colaboración íntima."
Este fenómeno hace que los medios de comunicación no sólo reflejen la realidad de la sociedad, sino que también moldeen aún más la percepción de la sociedad. Muchos estudiosos creen que esto ha llevado a la gente a tener prejuicios contra formas culturales más profundas y su preferencia por aceptar productos culturales que sean fáciles de entender. Con el tiempo, los gustos culturales de las audiencias acostumbradas a contenidos superficiales cambian gradualmente y prefieren productos culturales menos desafiantes y superficiales.
Desde la década de 1950, la televisión se ha convertido en el medio dominante para moldear la opinión pública. Según algunos estudios, los medios de comunicación no sólo afectan las opiniones individuales, sino que también reestructuran otras instituciones importantes como la política, la religión y los deportes. En su libro "Cultura de masas", Durkheim señaló que la cultura popular a menudo trivializa aspectos profundos de la vida, como el sexo, la muerte, el fracaso y la tragedia.
"Los medios no sólo existen como productos culturales, sino que también moldean los procesos culturales en mayor medida."
Con el auge de las redes sociales, la industria cinematográfica tradicional se enfrenta a nuevos desafíos y oportunidades. Las redes sociales se han convertido en una herramienta importante para que los cineastas promuevan su trabajo, interactúen con el público y experimenten con técnicas de narración.
El rápido desarrollo de la cultura mediática la ha comparado con el papel de la religión tradicional en el pasado. En el apuro y el entusiasmo de los consumidores, el culto al producto se considera un ritual de culto moderno. Esta analogía hace que la gente piense profundamente sobre si las estrategias de marketing en los medios han reemplazado a la religión tradicional en la creencia pública.
Las decisiones de los consumidores no solo están influenciadas por la practicidad, sino también por el valor simbólico. Los productos básicos ayudan a los individuos a construir narrativas sobre la identidad propia y la pertenencia a la comunidad. Muchos académicos creen que el consumo simbólico es una construcción social y que la percepción compartida de los productos transmitida a través de anuncios, revistas y televisión da forma a la identidad individual.
Una perspectiva feminista explora su impacto en las mujeres y su posición en la sociedad a través del análisis de los medios. La investigación de Angela McRobbie, por ejemplo, revela cómo las revistas femeninas dan forma a las identidades de las mujeres jóvenes. Sin embargo, con el auge de las perspectivas posfeministas, las feministas se han preocupado por la persistencia de los estereotipos de género en los medios.
La cultura mediática a menudo se considera un sistema diseñado para manipular e influir en la sociedad.
El crecimiento de la publicidad y las relaciones públicas ha reforzado la ideología dominada por la industria que caracteriza la cultura mediática descrita por Theodor Adorno. La naturaleza consumista de la cultura mediática también le ha dado la etiqueta alternativa de cultura de consumo.
Frente a todas estas situaciones, no podemos evitar preguntarnos: ¿cuánta libertad de elección y espacio para el pensamiento independiente podemos conservar bajo la influencia de tantos medios?