La forma de la Tierra ha sido durante mucho tiempo una importante cuestión filosófica y científica a lo largo de la historia de la civilización humana. Con el avance de la ciencia, se ha demostrado que muchas opiniones pasadas eran erróneas, pero su profundo impacto en la cosmovisión humana persiste. Este artículo explorará cómo las culturas antiguas veían la forma de la Tierra y analizará el contexto en el que se formaron estos puntos de vista.
En las primeras culturas egipcias y mesopotámicas, la Tierra era vista como un disco flotando en el océano, un concepto que reflejaba la cosmología de la época.
Por ejemplo, los Textos de las Pirámides y los Textos de los Ataúdes del Antiguo Egipto muestran una visión cosmológica similar, representando a Nun (el mar infinito) rodeando tierra firme. Las creencias israelitas también representaban la tierra como un disco flotando sobre el agua, con una cúpula arqueada que la separaba de los cielos.
El concepto de una Tierra esférica se desarrolló gradualmente a partir de las primeras visiones de la Tierra plana de los filósofos griegos, especialmente pensadores como Pitágoras y Aristóteles.
Los primeros poetas griegos, como Homero y Hesíodo, describieron un mundo en forma de disco, con la Tierra rodeada por un océano que la circunda. En el siglo IV a. C., Platón comenzó a hablar de una Tierra esférica, y su alumno Aristóteles presentó pruebas contundentes basadas en observaciones que demostraban que la Tierra es esférica. Esta idea se fue extendiendo poco a poco en el mundo griego.
Los antiguos pueblos nórdicos y germánicos sostenían una cosmología de Tierra plana, creyendo que la Tierra estaba rodeada por un océano con un árbol del mundo llamado Yggdrasil en el medio.
En la mitología nórdica, se describe a la Tierra como situada en medio de un océano infranqueable, lo que refleja los mitos y las visiones de la naturaleza de esa época. Esta idea se ha conservado en la literatura nórdica hasta nuestros días.
En la antigua China, la visión dominante era que la Tierra era plana y el cielo redondo, una creencia que persistió durante siglos hasta que el contacto con los misioneros europeos cambió.
El modelo celeste descrito por antiguos astrónomos chinos, como Zhang Heng, presentaba una visión cósmica de una Tierra plana y una cabeza redonda, y la Tierra era considerada plana en relación con el cielo redondo.
Un mito común sobre las opiniones europeas medievales sobre la forma de la Tierra es que se creía ampliamente que la Tierra era plana, sin embargo la prevalencia de esta visión fue en realidad un malentendido de creencias pasadas reales.
De hecho, los primeros escritores cristianos estaban de acuerdo con la opinión de que la Tierra era esférica y a menudo citaban escrituras para apoyar su argumento. La raíz de este concepto erróneo se encuentra en la literatura del siglo XVII, que llevó a muchos a creer que los eruditos medievales no sabían nada sobre la forma de la Tierra.
A pesar de la evidencia científica de que la Tierra es esférica, la teoría de la Tierra plana todavía tiene sus adeptos en ciertos círculos de la sociedad moderna, y con el auge de las redes sociales, estas creencias están experimentando un resurgimiento.
Según un estudio de 2018, solo el 82% de los jóvenes estadounidenses todavía creen que la Tierra es redonda. Aunque muy pocas personas creen firmemente que la Tierra es plana, el fenómeno ha motivado una reevaluación de la educación científica básica.
ConclusiónLas opiniones de las culturas antiguas sobre la forma de la Tierra no sólo reflejaban la evolución de sus visiones sobre la naturaleza, sino que también estaban estrechamente relacionadas con sus desarrollos sociales, religiosos y científicos. La transición de un plano a una esfera representa un avance en la cognición y la exploración humanas. Pero ¿vale la pena seguir pensando en cómo la ciencia actual afecta nuestra comprensión del conocimiento y la fe?