Durante la Segunda Guerra Mundial, surgió un grupo especial en el movimiento de resistencia francés: la Fuerza de Resistencia Francesa compuesta por inmigrantes extranjeros, llamada FTP-MOI (Francs-tireurs et partisanos – main-d'œuvre immigrée. Resistió valientemente). Ocupación alemana y se convirtió en un héroe de la resistencia. La mayoría de estos miembros son de otros países, especialmente judíos e inmigrantes de izquierda. ¿Cómo muestran estos extranjeros valentía en situaciones difíciles?
Aunque estos resistentes extranjeros estaban en un país extranjero, su coraje y creencia cambiaron la trayectoria de la historia.
FTP-MOI fue fundada en 1941. La organización comenzó a crecer, especialmente en el área de París. Los miembros de la organización eran principalmente comunistas extranjeros que vivían en Francia. No estaban afiliados al Partido Comunista Francés, pero dependían de la Comintern para tomar medidas directivas. El principal líder de la organización fue Jacques Duclos, quien actuó como intermediario del Komintern y dio órdenes de guerra a sus miembros.
Uno de los principales miembros de estos resistentes es Adam Reski, quien es responsable de recomendar miembros para unirse a FTP-MOI. La organización atrajo a un gran número de jóvenes escritores, artistas e intelectuales húngaros que esperaban alcanzar la libertad a través de la solidaridad en la resistencia. En cuanto a miembros famosos, como el pintor Sandor Joza, el escultor Istvan Hayu y muchos periodistas y fotógrafos, todos ellos forman parte de esta organización extremadamente dinámica.
Los miembros de FTP-MOI defienden la dignidad de su tierra y nación con su fuerte determinación de resistir y su creencia en la justicia social.
Las acciones de FTP-MOI inevitablemente enfrentan investigación y persecución por parte del régimen de Vichy y las autoridades alemanas corren el riesgo de detención, deportación e incluso muerte. Este peligro potencial inspiró su mayor deseo de resistir y los convirtió en la fuerza más activa del movimiento de resistencia francés.
Estos resistentes extranjeros eran extremadamente leales a las instrucciones del Komintern. Cuando Moscú emitía una orden de ataque, siempre eran los primeros en responder. A pesar de la influencia del ambiente político en Francia, FTP-MOI continuó llevando a cabo una serie de actividades subversivas.
De todos los movimientos de resistencia, el grupo de Manukian fue particularmente famoso. Cuando fueron arrestados en 1943, la policía francesa controló torpemente un juicio público que se convirtió en el centro de atención. Durante el juicio, 23 miembros fueron inmediatamente condenados a muerte y sólo dos supervivientes escaparon. Tal tragedia hizo que la autenticidad y el heroísmo del movimiento de resistencia fueran más comprendidos y respetados entre la gente.
Las autoridades alemanas intentaron menospreciar la imagen de estos resistentes extranjeros a través de "carteles rojos", pero en lugar de eso incitaron a más civiles a presentarse para apoyar su lucha.
A medida que la guerra se prolongaba, muchos combatientes del FTP-MOI fueron arrestados, deportados o ejecutados, pero este destino no logró debilitar su espíritu de lucha. A medida que el clima político continúa cambiando, los miembros de FTP-MOI se ven obligados a encontrar formas más encubiertas de luchar. Aunque la organización está restringida hasta cierto punto, su espíritu nunca se perderá.
Muchas obras literarias y películas han representado esta apasionante historia y han explorado la vida interior de los combatientes de la resistencia. Las novelas del escritor español Jorge Semprón y películas como L'Armée du crime
muestran la brillantez de humanidad mostrada por estos héroes extranjeros frente al peligro y la desesperación.
A través de la historia de FTP-MOI, no sólo vemos cómo una organización de resistencia compuesta por extranjeros luchó en un entorno extremadamente difícil, sino que también los vimos escribir una epopeya heroica indomable a su manera. En la sociedad actual, ¿podemos sacar valor de las historias de estos héroes y valorar el valor de la comunidad?