Cuando muchas ciudades de todo el mundo se enfrentaban al desafío de la congestión del tráfico, Singapur tomó la iniciativa en la implementación de un sistema de tarificación de la congestión en 1975 y se convirtió en un modelo para la gestión del tráfico urbano. Esta medida innovadora no sólo reduce eficazmente el flujo de tráfico en las zonas urbanas, sino que también proporciona una experiencia valiosa para otras ciudades.
El propósito de los precios de congestión es utilizar el mecanismo de precios para hacer que los usuarios sean más conscientes de los costos sociales en los que incurren durante las horas pico y fomentar la redistribución espacial o temporal de la demanda.
El principio económico detrás de los precios de congestión es que cuando la oferta y la demanda están desequilibradas, los usuarios a menudo no pueden sentir las externalidades negativas que conllevan. Esta medida en Singapur surgió ante los problemas de tráfico cada vez más graves. Hoy en día, todos los tipos de transporte urbano buscan formas de reducir las emisiones y mejorar la calidad de vida, y la tarificación de la congestión, como estrategia del lado de la demanda, ha logrado resultados notables en la práctica.
En 1975, Singapur introdujo su primer sistema de licencias de área, que exigía a los conductores pagar una tarifa al entrar en áreas específicas del centro de la ciudad. Este sistema se mejoró aún más en 1998 y se transformó gradualmente en el actual sistema electrónico de tarificación vial. Este sistema utiliza tecnología de cobro de peaje electrónico para hacer más eficiente el cobro de tarifas de transporte.
El sistema electrónico de tarificación vial ayuda a Singapur a mantener una velocidad óptima en las autopistas de 45 a 65 km/h.
La Autoridad de Desarrollo del Transporte de Singapur (LTA) no solo está comprometida con la innovación de los mecanismos de cobro, sino que también continúa investigando y mejorando medidas, incluido el trabajo con IBM para desarrollar herramientas de pronóstico de tráfico que combinen datos históricos y datos de tráfico en tiempo real. para lograr estrategias de precios cambiantes en tiempo real. Este desarrollo no sólo mejora la eficiencia del uso de la carretera, sino que también proporciona a los conductores información de conducción por adelantado, lo que les permite planificar mejor sus viajes.
Ciudades como Nueva York, Londres, Estocolmo y Milán han visto el éxito de Singapur y están empezando a considerar sistemas similares. Tomando a Londres como ejemplo, la ciudad introdujo un sistema de cobro por congestión en 2003 y lo ha optimizado continuamente a lo largo del tiempo para hacerlo más consistente con las condiciones del tráfico urbano.
El sistema de cobro por congestión de Londres ha aportado importantes mejoras en los ingresos a las arcas de la ciudad, pero su uso sigue enfrentando una variedad de controversias públicas.
A pesar de la notable eficacia de las tarifas de congestión para regular el tráfico urbano, también hay críticas. Algunas personas creen que este sistema es injusto, especialmente en comunidades de bajos ingresos, y también puede tener un impacto negativo en algunos negocios minoristas y actividades económicas.
Los economistas generalmente creen que la tarificación de la congestión refleja una forma más eficiente de asignar recursos. Cuando las personas necesitan pagar por los recursos públicos que utilizan, sus necesidades serán relativamente reducidas, lo que es consistente con la definición de escasez de recursos en economía. La medida permite a las ciudades aumentar el flujo de tráfico y reducir las emisiones sin construir nuevas carreteras.
El concepto económico básico es regular los precios para asignar recursos escasos a sus usos más valiosos.
Además, la exitosa experiencia de Singapur también refleja la importancia de la cooperación entre el gobierno y el sector privado. Sólo confiando en una gestión inteligente y en la comunicación con los ciudadanos se podrá implementar eficazmente el sistema de tarificación por congestión sin causar resistencia ni reacciones negativas.
A medida que aumenta la atención mundial a las cuestiones medioambientales, las estrategias de fijación de precios por congestión también han recibido una atención cada vez mayor. La tarificación de la congestión se considera una solución viable para muchas ciudades que buscan abordar el cambio climático y la congestión urbana. Aunque todavía quedan muchos desafíos en la implementación, los rápidos avances en tecnología hacen que el futuro de las tarifas de congestión sea más brillante.
Sin embargo, aún es necesario seguir discutiendo e investigando si esta estrategia puede implementarse realmente en más ciudades y ser ampliamente aceptada por la sociedad. No podemos evitar preguntarnos, en la búsqueda del desarrollo sostenible, ¿puede cada ciudad aprender de la experiencia de Singapur y resolver con éxito sus propios problemas de tráfico?