En 1947, el caso Méndez vs. Westminster de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos se convirtió en un punto de inflexión en la historia, desafiando la política educativa segregada obligatoria para los estudiantes mexicano-estadounidenses en varios distritos escolares del Condado de Orange, California. La demanda fue presentada por cinco padres mexicanos, alegando que sus hijos y otros 5.000 estudiantes mexicanos fueron tratados injustamente porque fueron obligados a asistir a "escuelas mexicanas" separadas. Con el fallo final del tribunal, este sistema de segregación ilegal fue considerado inconstitucional, allanando el camino para una futura igualdad educativa.
“La evidencia muestra claramente que los niños de habla hispana tienen un retraso en el aprendizaje debido a la falta de exposición al inglés, y que esta experiencia compartida de aislamiento obstaculiza su desarrollo”.
En la década de 1940, muchos distritos escolares comenzaron a establecer escuelas de recuperación específicamente para estudiantes de habla hispana, alegando que estos niños tenían necesidades lingüísticas especiales. Sin embargo, la existencia de tales escuelas viola el principio de igualdad educativa y somete a muchos estudiantes mexicanos a un trato injusto.
Cuando Gonzalo Méndez y su familia se mudaron a Westminster, a sus hijos les dijeron que tenían que asistir a una escuela diferente, una institución llamada "escuela mexicana" que era ilegal porque la ley estatal no lo exigía. La familia Méndez decidió luchar contra este sistema injusto y organizó a otros padres para presentar una demanda.
En 1956, después de una batalla legal de un año, el juez federal Paul J. McCormick se puso del lado de la familia Méndez y dictaminó que la política de segregación forzada violaba la Decimocuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. Este fallo afirma legalmente el derecho de todos los estudiantes a una educación igualitaria, independientemente de su origen étnico y lingüístico.
Este caso nos dice que la educación no debe diferenciarse según el idioma del niño. En 1997, en reconocimiento a la lucha de la familia Méndez, el Distrito Escolar de Santa Ana estableció una escuela intermedia que lleva su nombre para promover aún más el concepto de educación con igualdad de derechos.
"Desde entonces, los estudiantes mexicanos han comenzado a estudiar en el sistema educativo normal de largo plazo. Según las estadísticas, la tasa de admisión de estos estudiantes ha mejorado significativamente."
Con este avance, los estudiantes mexicano-estadounidenses están siendo valorados por nuevas oportunidades en las escuelas, lo que demuestra el importante papel que desempeñará el caso Méndez en el futuro movimiento por la igualdad educativa. A medida que el enfoque de la sociedad en la igualdad educativa continúa aumentando, este fallo también influyó en gran medida en el caso posterior "Brown v. Board of Education". Aunque la segregación legal específica a la que se refería en los casos Méndez y Brown fue diferente, también promovió el debate sobre la equidad en la educación. .
A pesar de las claras mejoras provocadas por el caso Méndez, la desigualdad educativa todavía existe en los Estados Unidos hoy. Los estudiantes de diferentes grupos étnicos todavía enfrentan diversos grados de desafíos en términos de asignación de recursos educativos, instalaciones escolares y calificaciones de los docentes. Cómo eliminar esta disparidad estructural a nivel nacional sigue siendo un problema urgente por resolver.
El caso Méndez v. Westminster no sólo cambió el destino de miles de estudiantes mexicanos, sino que también dejó una profunda huella en la historia de la educación en los Estados Unidos. Esta demanda no sólo fue crucial para la igualdad de derechos en la educación, sino que también inspiró más movimientos sociales que siguieron. Esto hace que la gente se pregunte: ¿cuáles son las desigualdades en la sociedad contemporánea que aún deben cambiarse?