A medida que el cambio climático global se vuelve cada vez más severo, el papel de las plantas parece no entenderse completamente. Mucha gente piensa que las plantas son filtros naturales que purifican el aire, pero la verdad puede ser más complicada. Las plantas no sólo liberan oxígeno, sino también compuestos orgánicos volátiles (COV), que pueden convertirse en asesinos invisibles de la contaminación del aire. Entre ellos, los compuestos orgánicos volátiles distintos del metano (COVNM) se han convertido en un tema de preocupación.
Los compuestos orgánicos volátiles distintos del metano son una gran clase de compuestos orgánicos que son fotoquímicamente activos en la atmósfera. Sus fuentes de emisión incluyen plantas, quema de biomasa, fuentes geológicas y actividades humanas.
Estos compuestos varían desde benceno hasta etanol y acetona. Es importante destacar que la actividad de estos compuestos afecta la producción de ozono atmosférico. El ozono troposférico no se emite directamente, sino que se forma mediante la reacción de la luz solar con diversos compuestos emisores, incluidos los NMHC y los óxidos de nitrógeno. Este proceso hace que el estudio de los NMVOC sea particularmente importante en la química atmosférica.
Las plantas desempeñan papeles importantes y contradictorios en la naturaleza. Se estima que la cantidad de NMVOC liberados por las plantas puede igualar o superar la cantidad liberada por las actividades humanas. No se puede ignorar la influencia de estos compuestos, como los terpenoides, los aldehídos y las cetonas, en la composición de la atmósfera.
Los NMVOC liberados por las plantas se pueden clasificar en múltiples fuentes, incluida la actividad de los cloroplastos, las emisiones de tejidos de defensa especiales y los efectos de las hormonas de crecimiento de las plantas.
Además de las plantas, los microorganismos del suelo también producen muchos NMVOC. Aunque estos compuestos pueden ser metabolizados por otros microorganismos del suelo, las emisiones de NMVOC del suelo todavía atraen la atención de la comunidad científica.
Como una de las fuentes biológicas, las emisiones de NMVOC causadas por la quema de biomasa no pueden subestimarse. Durante las diferentes etapas de combustión se liberan diferentes componentes químicos. Se estima que al quemar cada kilogramo de materia orgánica se liberan alrededor de 4,5 gramos de carbono en forma de NMVOC.
Las principales emisiones de NMVOC incluyen etano, propano y propileno, etc. Estos componentes en el medio ambiente pueden representar amenazas potenciales para la calidad del aire.
Las actividades humanas son otra fuente importante de NMVOC, como la generación de electricidad, la fabricación industrial, el transporte de automóviles y otros aspectos, que añaden carga a la atmósfera. Según la Base de datos europea para la investigación atmosférica global (EDGAR), las emisiones de NMVOC de seis sectores principales alcanzaron los 120 millones de toneladas en 2015.
Entre 1970 y 2010, las emisiones globales totales de NMVOC aumentaron. Con la promoción de los combustibles ecológicos y los cambios en los estándares de emisión en varios lugares, las emisiones en Estados Unidos y Europa disminuyeron significativamente, mientras que África y Asia mostraron una tendencia ascendente. La diferencia regional refleja la efectividad de las políticas locales de protección ambiental.
Los compuestos orgánicos volátiles distintos del metano en la atmósfera no solo provienen de las actividades humanas, sino que estos compuestos liberados por las plantas también desempeñan un papel importante en entornos complejos. En cuanto a los problemas medioambientales actuales, debemos repensar el papel de las plantas, ¿sus emisiones naturales también agravan en cierta medida la contaminación del aire?