Mientras la pandemia de COVID-19 se propaga por todo el mundo, los gobiernos y los organismos de salud pública necesitan urgentemente formas efectivas de predecir la dirección de la epidemia y la eficacia de las medidas de control. Los modelos matemáticos se han convertido en una herramienta clave para que los investigadores respondan a las epidemias debido a su importancia en la investigación de enfermedades infecciosas. Desde los primeros análisis de las causas de muerte hasta los complejos modelos actuales de transmisión de virus, la aplicación de modelos matemáticos en salud pública tiene una historia de cientos de años y ha seguido evolucionando y desarrollándose.
Los modelos matemáticos no sólo pueden predecir el desarrollo de una epidemia, sino que también ayudan a desarrollar estrategias eficaces de respuesta de salud pública.
Con el paso del tiempo, en el siglo XX, William Hamer y Ronald Ross utilizaron la ley del comportamiento de las masas para explicar el comportamiento de las epidemias, formando el posterior modelo de enfermedades infecciosas de Kermack-McKendrick y Reed-Frost, que sentó las bases para modelos epidémicos subsiguientes.
Si bien los modelos matemáticos pueden proporcionar predicciones valiosas, su precisión a menudo depende de las suposiciones realizadas. Por ejemplo, el supuesto de la "mezcla homogénea" es uno de los pocos supuestos simplificadores que pueden ser válidos cuando se trata de una ciudad grande como Tokio, por ejemplo, sobre cómo interactúan grupos con diferentes estructuras sociales. Por lo tanto, a menudo es necesario ajustar los resultados del modelo según las condiciones reales.
Basándose en suposiciones poco realistas, un modelo puede afectar su precisión predictiva.
Al mismo tiempo, existen modelos dinámicos y de campo medio, que consideran plenamente el impacto de la estructura social en la propagación de la epidemia y toman en consideración factores de comportamiento individual.
El número básico de reproducción (R0) es un indicador clave para evaluar si una enfermedad infecciosa puede convertirse en epidemia. Cuando R0 es mayor que 1, significa que cada persona infectada puede infectar a más de una persona nueva; por el contrario, cuando R0 es Si la cifra es inferior a 1, es probable que la epidemia se propague y se vaya diluyendo poco a poco. Este indicador no sólo ayudará a los expertos en salud pública a comprender el impacto potencial de la epidemia, sino que también orientará las estrategias de vacunación e inmunidad colectiva.
R0 es un indicador importante que determina si una epidemia puede continuar.
Hoy en día, se utilizan modelos cada vez más complejos, como los modelos basados en agentes (ABM), para simular la dinámica de transmisión del SARS-CoV-2 y ayudar en la toma de decisiones de salud pública. A pesar de su complejo proceso de construcción y sus elevados requerimientos computacionales, los modelos precisos aún pueden brindar información valiosa para futuras estrategias de prevención de epidemias, especialmente en la previsión de epidemias y la evaluación de la efectividad de las políticas de control. A menudo vemos que los gobiernos de todo el mundo utilizan estos modelos para decidir direcciones políticas, como confinamientos, distanciamiento social y programas de vacunación.
Con el avance de la ciencia y la tecnología y el desarrollo de la tecnología de análisis de datos, el papel de los modelos matemáticos en la investigación de epidemias será cada vez más importante. Los modelos futuros no sólo se limitarán al análisis básico de enfermedades infecciosas, sino que también podrán integrar elementos de bioinformática, redes sociales y ciencias del comportamiento psicológico para simular con mayor precisión el comportamiento de la población y los patrones de transmisión del virus.
Ante los futuros desafíos epidémicos, ¿qué nuevos avances y cambios cree usted que pueden aportar los modelos matemáticos?