En el mundo actual, las actividades humanas tienen profundos impactos en el medio ambiente, que cubren graves pérdidas del cambio climático a la biodiversidad.Según los científicos ambientales, todo esto se remonta a nuestros patrones de consumo.Mientras buscamos el crecimiento económico y la calidad de vida, ignoramos la capacidad de carga de la Tierra.
La civilización humana ha causado la pérdida del 83% de los mamíferos salvajes y la mitad de las plantas.¿Deberíamos reevaluar nuestros hábitos de consumo cuando el pollo mundial pesa tres veces el peso de todas las aves silvestres?
El consumo excesivo se define como la capacidad sostenible del uso de recursos más allá del ecosistema.Según las estimaciones de la red de huellas globales, la demanda humana actual de los ecosistemas de la Tierra es un 70% más alta que sus capacidades de regeneración.Este consumo excesivo duradero conducirá a la degradación ambiental y, en última instancia, a la pérdida de la base de recursos.
El crecimiento de la población, la estructura de consumo y el estilo de vida relativamente rico también son factores importantes que afectan el impacto de los humanos en el medio ambiente.En las siguientes generaciones, los estilos de vida y cómo se utilizan los recursos se han convertido en problemas que no pueden ignorarse.Por ejemplo, el New York Times señaló en 2008 que los residentes de los países desarrollados consumen recursos casi 32 veces más rápido que los de los países en desarrollo.Tales datos indudablemente despertaron nuestros pensamientos profundos sobre el consumo justo.
Cuando la biomasa humana alcanza seis mil millones, ha excedido 100 veces la biomasa de cualquier especie animal terrestre grande.¿Esto indica que estamos operando con un entorno abrumado?
Las actividades excesivas de producción agrícola y captura también tienen serias consecuencias en términos de impactos ambientales dirigidos a la agricultura y la pesca.Según un informe de 2019, la sobrepesca es un importante impulsor de la extinción masiva en el océano.La disminución de los recursos pesqueros y la creciente demanda de la población han formado una contradicción que con urgencia necesita ser equilibrada.
En el campo agrícola, el uso excesivo de fertilizantes y recursos hídricos también pone en riesgo nuestro medio ambiente.Por ejemplo, el impacto ambiental del riego agrícola implica la calidad y cantidad de recursos hídricos, que en última instancia tienen un impacto irreversible en la ecología circundante.
Alrededor de 12 millones de hectáreas de tierras agrícolas en todo el mundo se pierden debido a la degradación cada año, lo que significa que innumerables ecosistemas naturales están desapareciendo en silencio en el proceso de nuestra búsqueda de producción.
Cuando se trata de la producción de carne, esto implica no solo el consumo de recursos terrestres y hídricos, sino también estrechamente relacionados con las emisiones de gases de efecto invernadero.Según las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el 18% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero artificial están relacionadas con la producción de ganado.Este impacto solo aumentará a medida que aumente la demanda global de carne.
Mirando hacia atrás, el concepto de huellas ecológicas nos lleva a repensar nuestra forma de vida.Cada opción para todos en su vida diaria es una fuerza que afecta el futuro del planeta.Nuestros hábitos de consumo pueden cambiar cuando nos damos cuenta de la medida en que los pequeños comportamientos en nuestra vida diaria realmente dan forma a las necesidades de recursos globales.
Promover la demanda y el uso de recursos sostenibles puede ser la forma más efectiva para que luchemos contra futuras crisis ambientales.¿Esto indica que un nuevo modelo de consumo se está convirtiendo lentamente en una opción común?
En general, el consumo excesivo de los humanos no es solo un problema para la generación actual, sino un desafío serio para las generaciones futuras.Cómo proteger nuestros recursos naturales y ecosistemas mientras persigue el crecimiento económico se ha convertido en un tema importante que debe resolverse en la actualidad.Ante la próxima crisis ecológica, ¿podemos cambiar la forma en que tratamos el consumo?