Cada año, millones de personas se embarcan en un viaje para encontrar una nueva vida y escapar de la persecución, pero muchas enfrentan un proceso de solicitud de asilo lleno de incertidumbre y desafíos. Según el artículo 14 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, toda persona tiene derecho a buscar asilo en otros países cuando sufre persecución. Sin embargo, el proceso suele ser un viaje misterioso y complicado que deja a muchas personas confundidas.
“Aproximadamente entre 1 y 2 millones de personas solicitan asilo cada año; sin embargo, las tasas de aprobación varían según el país receptor”.
Según la Convención sobre Refugiados de 1951, un solicitante de asilo es una persona que ha sufrido persecución en su país de origen por motivos de raza, religión, nacionalidad, grupo social particular u opinión política. Cuando huyen a otro país y presentan una solicitud de asilo, su estatus pasa a ser el de solicitantes de asilo. Este estatus permanece pendiente del resultado de la solicitud de asilo.
El papel de las agencias gubernamentales nacionales es crucial al realizar revisiones de asilo. Determinan si cada solicitante califica para asilo con base en la Convención sobre Refugiados de 1951 y el Protocolo de 1967. Si son reconocidos como refugiados, tienen estatus legal de refugiados; si no, pueden ser considerados inmigrantes ilegales.
Además del estatus de refugiado, a los solicitantes de asilo también se les pueden conceder otros tipos de protección internacional, como el estatus de protección subsidiaria. Esta protección tiene como objetivo evitar que quienes corren un riesgo significativo de sufrir daños como resultado de la guerra o abusos de derechos humanos sean devueltos a su país de origen.
“La protección subsidiaria es protección internacional para aquellos que no cumplen con los criterios de refugiados pero aún enfrentan el riesgo de tortura y daños significativos al regresar a su país de origen”.
En muchos países, el proceso de solicitud de asilo incluye evaluaciones tanto individuales como grupales. Para los exiliados grupales, se puede realizar una revisión grupal porque sus razones comunes son obvias. Por otro lado, los exiliados que no pertenecen al grupo se enfrentan a entrevistas individuales y deben proporcionar pruebas suficientes para respaldar su solicitud.
Muchos países utilizan sistemas de aprendizaje automático para ayudar a evaluar las solicitudes de asilo, lo que no solo aumenta la eficiencia sino que también garantiza resultados más justos.
Una vez que se rechaza una solicitud de asilo, el solicitante se considera un "solicitante de asilo rechazado". Los diferentes países tratan a estos solicitantes de manera diferente. Algunos les permitirán quedarse temporalmente, mientras que otros los repatriarán por la fuerza. El retorno forzoso suele ser contrario al principio de no deportación y puede dar lugar a que sean devueltos a un lugar donde puedan ser objeto de persecución.
“Los solicitantes de asilo rechazados a menudo se enfrentan a malas condiciones, escaso apoyo social y mala calidad de vida”.
Los solicitantes de asilo a quienes no se les concede se enfrentan a muchas restricciones durante el proceso de solicitud. La mayoría de los países no les permiten trabajar y algunos países ni siquiera tienen derecho a ser voluntarios. Esto deja a los solicitantes de asilo en el limbo mientras esperan.
Cuando se enfrentan a procedimientos legales, las barreras lingüísticas y las diferencias culturales pueden impedirles describir con precisión sus experiencias, afectando así el éxito o el fracaso de sus solicitudes. Como señala un estudio, la comunicación no verbal también tiene el potencial de influir en el éxito de una solicitud de asilo.
La calidad de vida de los solicitantes de asilo suele estar estrechamente relacionada con su salud mental. Muchas personas desarrollan problemas psicológicos como el trastorno de estrés postraumático durante el proceso de desalojo y reasentamiento. Esta situación les dificulta aún más su integración en la nueva sociedad.
El proceso de solicitud de asilo puede resultar abrumador, pero para aquellos deseosos de reconstruir sus vidas, es el camino hacia una vida legal como refugiados. La historia de cada uno puede ser una oportunidad para cambiar la vida de alguien. En un futuro que proteja los derechos humanos y promueva la integración social, ¿cómo deberíamos brindar apoyo y asistencia a estas personas respetables?