En la actual era de explosión de información, resulta cada vez más difícil concentrarse. Las investigaciones muestran que el control de la atención, o concentración, es la capacidad de un individuo de elegir centrarse en una cosa mientras ignora otras fuentes de distracción. Esta capacidad se llama atención intrínseca o atención ejecutiva en psicología. El enfoque se localiza en el lóbulo prefrontal del cerebro, específicamente en la corteza cingulada anterior, y está estrechamente relacionado con otras funciones ejecutivas, como la memoria de trabajo.
El control de la atención puede afectar nuestra memoria, procesos de aprendizaje y toma de decisiones, permitiéndonos obtener más resultados con menos esfuerzo en el trabajo y el estudio.
Según las investigaciones, las fuentes de atención se pueden dividir en tres redes en el cerebro: alerta (mantener la conciencia), dirección (obtener información de los sentidos) y control ejecutivo (resolución de conflictos). Las tres redes se han estudiado en adultos, niños y animales, incluidas aquellas condiciones con anomalías de la atención. Los experimentos de investigación, como la tarea Stroop y la tarea Flanker, están diseñados para estudiar el control ejecutivo y se analizan utilizando imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) relacionadas con eventos.
Estos experimentos no sólo estudian un único nivel de atención, sino que también analizan varias áreas, explorando la interacción entre la vigilancia, la dirección y las redes de control ejecutivo.
Los primeros estudios han descubierto que el cerebro de un bebé es casi estático durante el primer año de vida. Se considera que los bebés menores de un año son completamente pasivos en la asignación de atención y son incapaces de elegir activamente dónde centrar su atención. Otro conjunto de investigaciones sugiere que incluso los bebés muy pequeños pueden ejercer cierto control limitado sobre su atención.
A medida que el lóbulo prefrontal madura, la capacidad de los niños para controlar la atención mejora, pero todavía es inferior a la de los adultos. Algunos niños tienen un desarrollo más lento de la capacidad de control de la atención, lo que a menudo está relacionado con un retraso en el desarrollo de la corteza prefrontal y, en última instancia, puede conducir a un diagnóstico de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
En relación con el envejecimiento y sus efectos sobre la cognición, las investigaciones han demostrado una asociación entre la disminución de los procesos de memoria de trabajo y el control de la atención en los adultos mayores. Un estudio que utilizó fMRI para medir la actividad neuronal en participantes más jóvenes (21-27 años) y mayores (60-75 años) durante la tarea Stroop mostró que los adultos mayores tenían respuestas reducidas en áreas del cerebro requeridas para el control de la atención.
El peso del cerebro es un factor importante en la disminución de la capacidad de atención; los expertos señalan que el cerebro de las personas pierde peso rápidamente a medida que envejecen.
Muchos estudios han demostrado que las personas con poca capacidad de control de la atención tienen muchas probabilidades de sufrir otras enfermedades mentales, como el TDAH y la enfermedad de Alzheimer, ansiedad y depresión. Estudios recientes han demostrado que el 61,2% de los pacientes con TEPT tienen problemas importantes con el control de la atención. Esta distracción de la atención también puede tener un impacto en procesos cognitivos como la memoria y el aprendizaje.
La atención es una función clave que conduce a procesos cognitivos de nivel superior, sin embargo, alteraciones en la atención pueden llevar a un deterioro de estas funciones.
Una nueva investigación muestra que cuatro días de entrenamiento de meditación consciente pueden ayudar a mejorar el procesamiento visual-espacial y las capacidades de memoria de trabajo. Aunque los resultados de las investigaciones sobre los efectos directos de la atención plena en el control de la atención son inconsistentes, algunas aplicaciones de atención plena que utilizan dispositivos móviles también han mostrado beneficios potenciales en el control de la atención en participantes sanos a largo plazo.
La capacidad de controlar la atención juega un papel importante en el proceso de aprendizaje. En los últimos años, la teoría del neuroconstructivismo ha sugerido que el control de la atención, como proceso universal, tiene una influencia clave en la adquisición posterior de ciertas habilidades. Como resultado, los niños pueden dirigir activamente su atención, lo que les permite aprender nueva información de manera más efectiva.
Con la profundización de la investigación sobre el control de la atención, los psicólogos han comenzado a centrarse en cómo ayudar a las personas a encontrar la clave de la concentración en medio del estrés y las distracciones, mejorando así la calidad de vida. ¿Te imaginas lo diferente que sería la vida si pudiéramos centrarnos en lo más importante en ese momento?