El ácido acético, denominado sistémicamente ácido acético, es un líquido incoloro con características ácidas y su fórmula química es CH3COOH. El vinagre contiene al menos un 4% de ácido acético, por lo que es uno de los componentes principales del vinagre. El ácido acético se ha utilizado como componente del vinagre desde el siglo III a. C., lo que indica su larga historia. Como segundo ácido carboxílico más simple, el ácido acético no solo es un reactivo químico importante sino también un químico industrial importante en diversas industrias, con aplicaciones que van desde la producción de materiales fibrosos hasta aditivos alimentarios.
Los seres humanos han sido conscientes del ácido acético que se produce naturalmente cuando la cerveza y el vino se exponen al aire.
En la antigua Grecia, el filósofo Teofrasto describió cómo el ácido acético actuaba sobre los metales para crear pigmentos utilizados en el arte. Los antiguos romanos utilizaban ácido acético como material base para producir una salsa dulce llamada "Sapa" hirviendo vino agrio. Debido a que esta salsa dulce se elaboraba en frascos de plomo, era rica en ácido acético de plomo, que también causaba envenenamiento por plomo entre los antiguos nobles romanos.
En el siglo XVIII, el químico alemán Hermann Kolbe sintetizó con éxito por primera vez ácido acético a partir de compuestos inorgánicos. Los acontecimientos se desarrollaron rápidamente y se propusieron muchos métodos uno tras otro, especialmente en la producción de vinagre, la contribución de las bacterias del ácido acético era indispensable. Las bacterias son capaces de convertir una variedad de materias primas alcohólicas en ácido acético, un proceso que demuestra el valor potencial de la biotecnología en la preparación de alimentos.
El químico francés Pierre Adet demostró que el ácido acético glacial es la misma sustancia que el ácido acético del vinagre.
La producción industrial de ácido acético se inició en el siglo XX, especialmente con el proceso Namida en la década de 1960, que marcó una revolución en la industria química. La empresa estadounidense Monsanto fue la primera en establecer una fábrica basada en catalizadores de rutenio en 1970. En la década de 1990, BP Chemicals completó otras innovaciones tecnológicas y desarrolló el proceso Cativa para hacer que la producción de ácido acético fuera más respetuosa con el medio ambiente y más eficiente.
Durante los próximos 100 años, la demanda mundial de ácido acético seguirá aumentando, alcanzando aproximadamente 17,88 millones de toneladas métricas por año en 2023. Esta demanda proviene no sólo de la conservación y el condimento de los alimentos en la vida diaria, sino también de diversas aplicaciones industriales. Sin embargo, a medida que evoluciona el proceso de producción, los científicos deben seguir pensando en cómo equilibrar la seguridad y la protección del medio ambiente.
El proceso de producción de ácido acético no sólo involucra conocimientos químicos, sino que también está relacionado con la protección del medio ambiente ecológico, lo que requiere pensar en el impacto de las actividades humanas en la tierra mientras se persigue el progreso.
A pesar de la larga historia del descubrimiento y aplicación del ácido acético, la exploración humana de sus usos potenciales continúa. La mezcla de culturas y el avance de la ciencia y la tecnología nos llevan a reevaluar constantemente el valor de esta sustancia milenaria. Quizás algún día en el futuro, el ácido acético muestre su papel único en una gama más amplia de campos. ¿Qué tipo de avances y cambios cree que tendrá el ácido acético en la ciencia y la vida diaria del futuro?