En la ciencia de los materiales, la ductilidad es una medida importante de la capacidad de un material para soportar una deformación plástica significativa antes de fracturarse. Esta propiedad es fundamental en ingeniería y fabricación, especialmente en aplicaciones que requieren que los materiales se doblen, estiren o deformen sin romperse. La ductilidad no sólo afecta la elección de los materiales, sino que también juega un papel clave en muchas aplicaciones de alta tecnología. En función de la longitud de deformación del material después de la fractura durante la prueba, la ductilidad se puede calcular restando la longitud inicial de la longitud después de la fractura, dividiéndola por la longitud inicial y luego multiplicando por 100%.
La ductilidad es la capacidad de un material para soportar la deformación frente a la tensión y es fundamental para un funcionamiento seguro.
Se considera ampliamente que el platino es el más dúctil de todos los metales. Cuando se prueba su ductilidad, el platino se estira hasta un grado incomparable al de otros metales. Esto se debe a que la estructura especial de enlace metálico del platino le permite tener una mayor capacidad de deslizamiento atómico cuando se somete a tensión, logrando así una mayor ductilidad. Muchos metales preciosos, como el oro y el cobre, también muestran una ductilidad considerable, pero el platino sigue siendo único en este aspecto.
Importancia de la escalabilidadLa ductilidad no solo afecta las características de procesamiento de los metales, sino que también determina su idoneidad para determinadas aplicaciones. Por ejemplo, los procesos de fundición o conformación en caliente utilizan principalmente materiales frágiles, mientras que en las operaciones de conformación de metales, los materiales altamente dúctiles son capaces de soportar impactos sin romperse. La presencia de ductilidad permite que el metal se someta a operaciones de trabajo en frío como prensado o grabado sin agrietarse.
Medición y cuantificación de la ductilidadLa alta ductilidad permite que el metal absorba más energía durante la deformación, proporcionando así una mayor seguridad.
En las pruebas de tracción, la ductilidad de un material generalmente se cuantifica utilizando el alargamiento relativo (como porcentaje) y la reducción del área en el punto de fractura. Tomemos como ejemplo la elongación de rotura. Se trata de la deformación de ingeniería a la que se rompe la muestra de prueba en una prueba de tensión uniaxial. La ductilidad de algunos metales, como el acero, varía con la composición de la aleación; generalmente, aumentar el contenido de carbono disminuye la ductilidad.
Los metales pueden exhibir diferentes comportamientos de fractura a diferentes temperaturas: fractura frágil o fractura dúctil. La ductilidad de un material está indisolublemente ligada a su tenacidad, especialmente en productos metálicos que se utilizan para aplicaciones de soporte de carga.
La transición entre ductilidad y fragilidad se produce normalmente a una temperatura determinada, la denominada temperatura de transición frágil-dúctil.
Una investigación realizada por la Asociación de Metales Formados de Montreal indica que el platino tiene un desempeño extremadamente bueno en este punto de transición, lo que reduce en gran medida el riesgo de fractura frágil. Esto hace que el platino sea ampliamente utilizado en diversos entornos industriales y de laboratorio de alta gama.
A medida que la investigación y el desarrollo de nuevos materiales continúan avanzando, ¿veremos otros metales romper el récord de ductilidad del platino para enfrentar desafíos tecnológicos mayores en el futuro?