En el procesamiento del lenguaje humano, la comunicación y la comprensión del lenguaje desempeñan un papel vital. La investigación psicolingüística muestra que el procesamiento del lenguaje es una habilidad exclusivamente humana, siendo los humanos muy superiores en la comprensión gramatical y la sistematicidad del lenguaje en comparación con otros primates estrechamente relacionados. Desde el siglo XX, el modelo dominante de procesamiento del lenguaje se ha basado en el modelo de Wernicke-Lichtheim-Geschwind, que se derivó principalmente de estudios de casos de pacientes con lesión cerebral. Con el avance de la tecnología de registro electrofisiológico intracraneal y la aparición de tecnologías no invasivas como fMRI, PET, MEG y EEG, los científicos han descubierto gradualmente que existen vías auditivas duales en el cerebro y han propuesto un modelo de dos vías.
Según este modelo, existen dos vías diferentes entre la corteza auditiva del cerebro y los lóbulos frontales, cada una de las cuales desempeña un papel diferente en el procesamiento del lenguaje.
Específicamente, la corriente ventral auditiva (AVS) es responsable del reconocimiento de sonidos, por lo que se la denomina "vía qué" de la audición. La corriente dorsal auditiva (ADS) es responsable de la localización de los sonidos, por lo que se la denomina "vía dónde" de la audición. Esta vía en los humanos (especialmente en el hemisferio izquierdo) también es responsable de la producción del habla, la repetición, la lectura de labios y el trabajo fonémico y la memoria a largo plazo.
De acuerdo con el modelo de evolución del lenguaje "dónde a qué", la versatilidad de ADS se puede rastrear en diferentes etapas de la evolución del lenguaje. La diferenciación de estas dos vías ocurre primero en el nervio auditivo. La rama anterior ingresa al núcleo auditivo anterior del tronco del encéfalo para formar la vía auditiva ventral, mientras que la rama posterior ingresa a los núcleos auditivos dorsal y ventrodorsal para formar la vía auditiva dorsal. Estas vías no sólo son importantes en la comunicación hablada sino que también son relevantes para el procesamiento del lenguaje de señas y el contenido escrito.
En el siglo XX, la investigación neurolingüística se basó principalmente en el modelo de Wernicke-Lichheim-Gerschwind. Este modelo se basa principalmente en el estudio de los síntomas de los trastornos relacionados con el lenguaje en pacientes con lesión cerebral. Según este modelo, el lenguaje se recibe a través de un centro receptor de palabras especializado (área de Wernicke), ubicado en la unión temporoparietal izquierda. Esta área luego pasa información al área responsable de la producción del lenguaje (área de Broca), que se encuentra en la circunvolución frontal inferior izquierda. Dado que este modelo considera que casi toda la entrada del lenguaje pasa por el área de Wernicke y toda la salida del lenguaje pasa por el área de Broca, esto dificulta identificar claramente las propiedades básicas de estas dos áreas.
Debido a que la comprensión y expresión del lenguaje no dependen completamente de estas dos regiones, esto hace que sea muy difícil identificar sus regiones homólogas en otros primates.
Sin embargo, con la llegada de la resonancia magnética funcional y su aplicación en el mapeo de lesiones, se demostró que este modelo se basa en correlaciones incorrectas entre síntomas y lesiones. La refutación de este modelo fundamental y dominante allana así el camino para nuevos modelos de procesamiento del lenguaje en el cerebro.
Durante las últimas dos décadas, se han logrado avances significativos en nuestra comprensión del procesamiento neuronal del sonido en los primates. Al registrar la actividad neuronal en la corteza auditiva de monos en la etapa inicial y estudios posteriores que utilizaron tinción histológica y exploración por resonancia magnética funcional, identificamos tres áreas auditivas en la corteza auditiva primaria y nueve áreas auditivas combinadas circundantes. Los estudios anatómicos de trazado y lesiones demuestran aún más la disociación entre las áreas auditivas anterior y posterior.
La evidencia reciente que muestra homología en áreas auditivas entre humanos y monos también respalda la validez del modelo de doble canal de procesamiento del lenguaje humano.
La vía auditiva ventral (AVS) conecta la corteza auditiva con la circunvolución temporal media y el polo temporal, que a su vez se conecta con la circunvolución frontal inferior. Esta vía es responsable del reconocimiento de sonidos y, por lo tanto, se denomina "vía qué" de la audición. Las funciones de esta vía incluyen el reconocimiento de sonidos, la comprensión de frases, etc.
Por el contrario, la vía dorsal auditiva (ADS) conecta la corteza auditiva con el lóbulo parietal y, en última instancia, con la circunvolución frontal inferior. En humanos y primates no humanos, el ADS es el principal responsable de la localización del sonido, por lo que se le llama "vía dónde" de la audición. Además, esta vía (especialmente en el lado izquierdo) es responsable de la producción del habla, la repetición del habla, la lectura de labios y la memoria de trabajo y de largo plazo para los fonemas.
Con una comprensión cada vez más profunda de estas vías, la comunidad científica tiene una nueva comprensión del modo de procesamiento del lenguaje. El funcionamiento de ambas no es solo una relación lineal, sino una interacción compleja. Esta investigación abre una exploración más profunda de la evolución del lenguaje humano.
¿Alguna vez te has preguntado cómo las investigaciones futuras podrían revelar aún más los misterios del procesamiento del lenguaje en el cerebro?