En el tratamiento de la diabetes, el uso de insulina es indispensable. De los distintos tipos de insulina, Lantus (insulina glargina) y NPH (sintetasa neutra de Henderson) son dos de las opciones más comúnmente mencionadas. Existen diferencias obvias entre la efectividad, el costo y la seguridad de estas dos insulinas, lo que hace que muchos pacientes diabéticos se sientan confundidos a la hora de elegir.
Lantus es una forma modificada de insulina de acción prolongada que generalmente se inyecta una vez cada 24 horas para reducir de manera constante los niveles de azúcar en sangre.
Desde su aprobación en los Estados Unidos en 2000, Lantus se ha convertido en una opción importante para los pacientes diabéticos de todo el mundo. Sus efectos generalmente comienzan una hora después de la inyección y no necesita mezclarse con otras insulinas, lo que hace que su uso sea cómodo para los pacientes.
Lantus está incluido en la Lista de Medicamentos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud, lo que indica su importancia en el tratamiento de la diabetes.
Como insulina de acción prolongada, la ventaja de Lantus es que puede proporcionar un control uniforme del azúcar en sangre, lo que es particularmente adecuado para pacientes que necesitan estabilizar el azúcar en sangre durante mucho tiempo. Además, se ha demostrado que los efectos secundarios de Lantus son relativamente leves en múltiples estudios, y los efectos secundarios comunes incluyen hipoglucemia, reacciones en el lugar de la inyección y aumento de peso.
La insulina NPH se introdujo en la década de 1950 y todavía es la preferida por algunos pacientes porque es más barata que Lantus. Es una insulina de acción intermedia que generalmente requiere de dos a tres inyecciones al día. Sin embargo, la desventaja de la NPH es que su control glucémico es deficiente y pueden producirse grandes fluctuaciones glucémicas.
Consideraciones sobre el costo económicoEl uso de NPH es más popular entre los pacientes con diabetes gestacional porque se ha demostrado que es una opción relativamente segura para las mujeres embarazadas.
Si bien Lantus proporciona un control más estable del azúcar en sangre, su elevado coste lo hace inasequible para muchos pacientes. Para algunas familias, elegir NPH puede ser una opción más rentable. Con la aparición de medicamentos biosimilares, como Semglee, muchos pacientes también han comenzado a recurrir a estas alternativas, que son más competitivas en precio pero pueden proporcionar una eficacia similar a la de Lantus.
Los pacientes a menudo se sienten confundidos cuando se enfrentan a la elección entre Lantus y NPH. Estudios relacionados han demostrado que no hay una diferencia significativa en los efectos a largo plazo del uso de Lantus y NPH, lo que hace que algunos médicos se muestren reservados sobre su promoción.
Al comparar Lantus con otras insulinas, muchos estudios han señalado que su importancia clínica para el control del azúcar en sangre de los pacientes es relativamente limitada.
El uso de insulina suele ir acompañado de ciertos riesgos. Los efectos secundarios de Lantus incluyen aumento de peso y eventos hipoglucémicos. En comparación con la NPH, la NPH también tiene riesgo de hipoglucemia, pero debido a las características de su forma farmacéutica, puede provocar dificultades para controlar la dosis en los pacientes, lo que afecta el control general del azúcar en sangre.
ConclusiónEn el tratamiento de la diabetes, Lantus y NPH tienen sus propias ventajas y desventajas, y la elección de qué insulina usar a menudo depende de la situación y las preferencias específicas del paciente. Finalmente, ya sea Lantus o NPH, ¿cómo elegirás el plan de tratamiento con insulina que más te convenga?