La Estación Espacial Internacional (ISS) proporciona una plataforma única para la investigación científica, con condiciones únicas como microgravedad, radiación cósmica y temperaturas extremas, todas las cuales tienen profundos efectos en la salud humana y la futura exploración espacial. Desde el año 2000, la ISS se ha convertido en un lugar para que los humanos realicen diversos experimentos científicos, incluso en los campos de la medicina espacial, las ciencias biológicas, las ciencias físicas y la astronomía.
Desde sus inicios hasta la actualidad, la ISS ha desempeñado un papel importante en el estudio de la exposición espacial a largo plazo. Los datos de la NASA muestran que la salud sanguínea, muscular y ósea de los astronautas en el espacio se ve afectada por la microgravedad, y estos cambios pueden plantear riesgos para la viabilidad de las misiones tripuladas a Marte. Por ejemplo, los estudios han encontrado que los entornos de microgravedad a largo plazo pueden provocar pérdida ósea y atrofia muscular. Estos factores pueden provocar fracturas y disfunciones en el movimiento que los astronautas pueden encontrar al regresar a la Tierra o aterrizar en un nuevo planeta.
“En microgravedad, los fluidos se comportan de manera muy diferente a como lo hacen en la Tierra”.
Además de los efectos fisiológicos en el cuerpo humano, los investigadores también están comenzando a comprender los efectos de la microgravedad en plantas y microorganismos, y están explorando cómo cultivar tejidos humanos tridimensionales y cristales de proteínas en dicho entorno. El programa de la NASA tiene como objetivo estudiar el impacto de la microgravedad en la ciencia de los materiales para promover beneficios potenciales para la economía y el medio ambiente.
La investigación médica a gran escala realizada en la ISS está dirigida por el Instituto Nacional de Investigación Biomédica Espacial (NSBRI). Uno de los estudios que destaca es... Investigación de Diagnóstico por Ultrasonido Avanzado en Microgravedad. La investigación, en la que los astronautas realizan ecografías bajo orientación profesional, tiene como objetivo mejorar la capacidad de diagnosticar y tratar enfermedades en el espacio. Dado que actualmente no hay médicos estacionados en la ISS, la tecnología puede tener aplicaciones potenciales también en la Tierra, especialmente en áreas remotas o situaciones de emergencia.
"Los entornos de microgravedad nos ayudarán a comprender mejor las propiedades físicas de los fluidos."
Por otro lado, el entorno de baja gravedad de la ISS permite a los investigadores observar cambios en ciertas reacciones a baja gravedad y bajas temperaturas, lo que mejorará la comprensión de los fenómenos superconductores. La investigación sobre los procesos de combustión también ha demostrado que los entornos de baja gravedad tienen un profundo impacto en la eficiencia de la combustión y el control de contaminantes, lo que tiene el potencial de mejorar nuestra comprensión de la producción de energía.
En la década de 2010, la tecnología de detección remota de la ISS logró avances significativos. Con la finalización del segmento orbital estadounidense por parte de la NASA en 2011, la ISS se ha convertido en una base importante para la observación de la Tierra, la investigación espacial y la exploración del espacio profundo. Los investigadores llevaron a cabo una serie de experimentos en la ISS para observar aerosoles, ozono y vapor de agua en la atmósfera terrestre y comprender el funcionamiento de la materia y la energía oscuras en el universo.
"Los experimentos en el espacio nos proporcionan nuevas perspectivas sobre la Tierra y el universo."
A medida que avanzaba el experimento, la ISS también llevó a cabo experimentos de tecnología de fabricación automatizada que han sido populares desde 2018, con el propósito de probar un sistema para producir retinas artificiales en un entorno de microgravedad. El progreso es notable y los ensayos en humanos pueden comenzar antes de 2027. Este avance puede cambiar el campo de la medicina visual.
Los efectos persistentes del cuerpo humano en microgravedad son un desafío que los ingenieros y científicos deben afrontar. La plataforma experimental multifuncional de la ISS no sólo ayuda al avance de la ciencia y la tecnología, sino que también abre una nueva puerta para la exploración espacial humana. Las conferencias espaciales, la colaboración internacional y el fortalecimiento de las asociaciones público-privadas contribuirán a la viabilidad de futuras misiones espaciales. ¿La exploración del espacio se convertirá en la forma de supervivencia de la humanidad en el futuro?