En situaciones de incertidumbre, la teoría de la decisión a menudo necesita considerar las respuestas emocionales humanas, entre las cuales el arrepentimiento es una emoción común y significativa. Esta emoción se siente a menudo después de haber tomado una decisión firme, cuando se dispone de información sobre el mejor curso de acción. Según la teoría de la evitación del arrepentimiento, cuando los individuos se enfrentan a una decisión, anticipan el arrepentimiento y, por lo tanto, incorporan a sus elecciones la necesidad de reducir o eliminar esa decepción. En este contexto, el arrepentimiento no es sólo una emoción negativa, sino una poderosa fuerza impulsora que influye en el comportamiento y la toma de decisiones humanas.
El arrepentimiento puede servir como un mecanismo importante para aprender de la experiencia y afectar nuestra aversión al riesgo.
La teoría del arrepentimiento fue propuesta por primera vez por Graham Loomes, Robert Sugden, David E. Bell y Peter C. Fishburn en 1982. La teoría tiene en cuenta el efecto del arrepentimiento esperado al considerar elecciones en condiciones de incertidumbre y requiere la inclusión de un término de arrepentimiento en la función de utilidad que esté correlacionado negativamente con el resultado real y positivamente con el mejor resultado alternativo. Este marco ha llevado a que se preste cada vez más atención a los sentimientos de arrepentimiento en los modelos de toma de decisiones en los campos de la economía y la psicología.
El concepto de arrepentimiento nos hace repensar que en muchos casos nuestro comportamiento no se basa enteramente en cálculos racionales, sino que está fuertemente impulsado por factores emocionales. En términos generales, el arrepentimiento solo ocurre cuando tomamos una decisión y luego afrontamos las consecuencias, pero el arrepentimiento anticipado puede influir en nuestras decisiones antes de tomarlas. No se trata solo de una cuestión emocional, sino también de una decisión racional. Consideraciones importantes.
El arrepentimiento anticipado a menudo lleva a las personas a elegir un curso de acción más conservador cuando se enfrentan a la incertidumbre.
Algunos estudios han demostrado que los efectos del arrepentimiento anticipado son significativos en juegos como las subastas y las loterías. Por ejemplo, en un experimento sobre subastas, cuando los participantes conocieron la oferta ganadora, esta información los llevó a fijar un precio más alto para su oferta del que habrían fijado de otra manera porque no querían afrontar el arrepentimiento de perder. Además, ya sea en opciones de lotería en efectivo o de pago de lotería, las emociones de arrepentimiento hacen que las personas sean más propensas a elegir aquellas opciones que parecen más seguras, reduciendo así la probabilidad de enfrentar un arrepentimiento anticipado.
También es importante distinguir entre arrepentimiento: el arrepentimiento anticipado en el futuro y el arrepentimiento ya experimentado pueden tener diferentes impactos. Muchas personas tienden a subestimar la intensidad del arrepentimiento futuro. Por ejemplo, muchos viajeros creen que el arrepentimiento que pueden sentir si pierden un tren variará según la hora en que lo pierdan, pero en realidad esto no es del todo cierto. Esto significa que en el comportamiento real a menudo hay una asimetría entre las expectativas de las personas y sus experiencias reales, lo que sacude sus juicios basados en cálculos racionales.
Cuando las personas toman decisiones, tienden a anticipar excesivamente el arrepentimiento que sentirán.
Más allá de los escenarios tradicionales de subastas y loterías, la prevención del arrepentimiento también ha mostrado su influencia en otros ámbitos, incluidas las estrategias de inversión financiera y la gestión de riesgos. En el proceso de toma de decisiones para minimizar el arrepentimiento, los inversores o los tomadores de decisiones elegirán opciones que puedan proteger sus intereses incluso en el peor escenario posible, lo que constituye un comportamiento racional que sopesa el potencial de minimizar los arrepentimientos futuros.
Por ejemplo, un análisis comparativo de carteras de inversión mostró que elegir inversiones que generen retornos consistentes, incluso si en algún momento se puede perder la oportunidad de obtener retornos mayores, puede ser eficaz para reducir el arrepentimiento. Esto sugiere que el concepto de arrepentimiento no es sólo un reflejo de la emoción, sino también una fuerza impulsora que lleva a las personas a tomar decisiones racionales.
Entender cómo el arrepentimiento afecta la toma de decisiones puede ayudarnos a desarrollar mejores estrategias y reducir el riesgo de enfrentarlo.
Las estrategias para minimizar el arrepentimiento son particularmente importantes cuando enfrentamos decisiones con resultados inciertos. En el proceso de toma de decisiones de las burocracias y los ejecutivos corporativos, las consideraciones de arrepentimiento a menudo se convierten en una sugerencia de optimización, mejorando la calidad de las decisiones al diseñar opciones que minimicen los peores resultados.
Reflexionar sobre cómo el arrepentimiento afecta nuestras decisiones no sólo puede ayudarnos a tomar decisiones más informadas, sino también a profundizar nuestra comprensión del comportamiento humano. Por lo tanto, cuando enfrentamos momentos que requieren una toma de decisiones críticas, bien podríamos preguntarnos: ¿podemos realmente desprendernos de las emociones y tomar decisiones puramente racionales?