La termosfera (también conocida como termosfera o capa metálica) es una capa distinta en el vasto océano, caracterizada por variaciones significativas de temperatura a profundidades específicas. Estas capas no sólo son características de las regiones tropicales, sino que también pueden encontrarse en diferentes cuerpos de agua. La formación y los cambios de estas capas de agua son extremadamente complejos con los cambios de estaciones y de longitud y latitud.
Las condiciones ambientales, el cambio climático y la influencia de las corrientes de agua son los principales factores que afectan la profundidad y el espesor de la termosfera.
En el océano, la termosfera suele estar situada debajo de la capa mixta. Bajo la luz del sol, el agua superficial del mar absorbe una gran cantidad de energía térmica, lo que hace que la temperatura del agua superficial aumente. Este fenómeno es particularmente evidente durante el día, mientras que por la noche la temperatura desciende debido a la pérdida de radiación. La acción de las olas mezcla el agua superficial con el agua más profunda, y esta mezcla generalmente da como resultado una temperatura relativamente uniforme durante los primeros 100 metros.
La temperatura disminuye lentamente con la profundidad y en las regiones tropicales esta capa suele ser semipermanente. Sin embargo, en las regiones templadas la presencia de la termosfera puede ser variable, y en las regiones polares puede ser relativamente superficial o incluso inexistente.
La presencia de la termosfera crea un gradiente de velocidad del sonido que es fundamental para las operaciones submarinas porque refleja el sonar activo y otras señales acústicas.
La termosfera en el océano también cambia con las estaciones. Este cambio es particularmente pronunciado en latitudes medias porque el aire frío en el invierno hace que la termosfera descienda a aguas más profundas, mientras que el aire cálido en el verano la hace subir de nuevo. En las regiones tropicales y subtropicales, la termosfera se vuelve aún más débil durante el verano.
La termosfera polar es estacional y no permanente porque las aguas superficiales siempre están más cálidas, lo que crea una estructura termosférica diferente.
En los lagos, la termosfera también se evidencia como una estructura en capas, especialmente en climas más fríos. En verano, el agua más cálida flota sobre el agua más fría y profunda, separadas por una capa térmica. Un sistema tan estable hace casi imposible que el agua caliente y el agua fría interactúen entre sí, e incluso puede provocar que el oxígeno debajo de la termosfera se agote gradualmente.
Cuando llega el invierno, la capa térmica del lago cambia a medida que el agua se enfría y finalmente forma hielo. El agua más densa y fría se hunde hasta el fondo del lago, mientras que el agua menos densa sube, creando una nueva estructura de termosfera.
La termosfera también se encuentra en la atmósfera, especialmente en el límite entre la troposfera y la tropósfera. Durante el día, el sol calienta el suelo y el aire cálido se eleva formando una capa de inversión. Esta situación también afecta a la contaminación acústica de la zona y se convierte en un elemento a tener en cuenta en la planificación urbana.
ConclusiónEl fenómeno de la capa de inversión muestra efectos similares en la termosfera de la atmósfera, lo que proporciona nuevos conocimientos sobre la gestión del ruido urbano.
La termosfera ocupa una posición y un papel especiales en el océano, los lagos y la atmósfera. La formación y los cambios de la termosfera en diferentes entornos presentan un cuadro natural complejo y maravilloso. Esto también nos hace empezar a pensar en qué impacto tienen estas capas sobre los ecosistemas y el cambio climático.