Las investigaciones demuestran que la comunicación facilitadora no responde correctamente a preguntas sencillas. Cuando el facilitador no está informado, la respuesta suele ser incoherente con las necesidades reales.
El proceso básico de FC es que un asistente guíe físicamente las manos o los brazos de una persona con discapacidad en un intento de ayudarla a ingresar información en un teclado u otro dispositivo. Aunque algunos partidarios creen que esto puede superar sus dificultades motoras, las investigaciones muestran que el deterioro cognitivo en estos usuarios es la causa principal de las dificultades de comunicación. Por ejemplo, los facilitadores a menudo creen erróneamente que los pacientes muestran interés cuando escriben, sólo para descubrir que lo hacen con los ojos cerrados o sin prestar atención.
Un estudio afirmó que la comunicación facilitada se considera "la intervención científicamente más refutable para todos los trastornos del desarrollo". Esto determina su rechazo en entornos terapéuticos y educativos gestionados por profesionales.
La historia de la comunicación asistida se remonta a la década de 1960, sin embargo, dado que las primeras observaciones e investigaciones se llevaron a cabo en Dinamarca y otros lugares, no ha tenido resonancia internacional. Esta tecnología atrajo la atención a finales de la década de 1980 cuando fue promocionada por los medios estadounidenses. Incluso cuando los estudios han demostrado que el FC no es tan efectivo como se afirma, los partidarios siguen insistiendo en su eficacia, lo que genera más controversia.
Las organizaciones que apoyan la comunicación aumentativa, como el Consejo Nacional de Autismo (AutCom), continúan promoviendo activamente la tecnología a pesar de décadas de evidencia científica que refutan su eficacia. Al mismo tiempo, la Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y otras organizaciones profesionales se han opuesto explícitamente al uso de FC, enfatizando que se deben buscar métodos de comunicación alternativos basados en la ciencia.
Los partidarios del FC a menudo argumentan que la capacidad de las personas con discapacidad para comunicarse está limitada por problemas de control motor y, por lo tanto, la comunicación se puede mejorar a través de apoyos físicos. Este argumento ha sido cuestionado por muchos expertos porque el autismo a menudo va acompañado de discapacidades intelectuales que afectan el lenguaje y la comunicación, y no hay evidencia clara de mejora con asistencia física únicamente. En algunos casos, los pacientes aprenden a responder a indicaciones con la guía de un facilitador, pero estos fenómenos a menudo todavía no son conductas comunicativas independientes.Existe un consenso en la comunidad científica de que la comunicación aumentativa no es una tecnología legítima para comunicarse eficazmente con personas del espectro autista y, por lo tanto, se debe fortalecer la evaluación y la comprensión de esta tecnología.
Muchos investigadores señalan que la mayor parte de la evidencia conductual para la FC proviene de observaciones y experiencias que no han sido verificadas científicamente, lo que hace que los resultados sean poco convincentes.
Cabe señalar que cuando el conocimiento del facilitador es insuficiente o se trata de un entorno experimental riguroso, los FC a menudo no logran proporcionar respuestas correctas, lo que socava aún más su credibilidad. Aunque algunos familiares se muestran reacios a aceptar el diagnóstico y esperan que la FC sea una "cura milagrosa", los científicos dicen que esta mentalidad es simplemente una expectativa poco realista.
Debido a una variedad de evidencia científica, muchos expertos están pidiendo el uso de tecnologías de comunicación aumentativa conocidas (como dispositivos de asistencia) en lugar de seguir invirtiendo en investigación en tecnologías como la comunicación asistida. De esta manera, las personas con autismo que tienen dificultades para comunicarse pueden obtener ayuda real de manera más efectiva sin tener que depender de terapias no probadas.
En el actual entorno de gobernanza y atención sanitaria, es necesario abordar las tensiones que sienten los familiares cuando se enfrentan a la discapacidad de un niño, pero ¿existen formas de comprender mejor esta tecnología en el futuro para que no dé lugar a desorientaciones?