En el campo de la biología, la generación y el consumo de energía son fundamentales para el funcionamiento de la vida. Utilizando la calorimetría indirecta, no sólo podemos cuantificar la cantidad de dióxido de carbono producido u oxígeno consumido por un organismo, sino también obtener información sobre las fuentes de su consumo de energía. El uso adecuado de esta tecnología puede proporcionar información valiosa sobre la medicina clínica, la ciencia del deporte y la nutrición.
La calorimetría indirecta puede evaluar con precisión el metabolismo energético de los organismos, proporcionándonos un método no invasivo para comprender la dinámica de la vida.
La calorimetría indirecta revela cómo los organismos utilizan la energía química para el metabolismo calculando el consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono. Este método estima la tasa metabólica basal y el gasto energético en reposo y puede identificar los sustratos energéticos que el cuerpo utiliza principalmente en un momento determinado.
La calorimetría indirecta se considera el método estándar de oro, con una tasa de error inferior al 1% y una alta reproducibilidad.
Desde los descubrimientos iniciales del científico Antoine Lavoisier en el siglo XVIII hasta las mejoras técnicas realizadas en el siglo XX, la calorimetría indirecta ha recorrido un largo camino. Con el desarrollo de la nutrición parenteral total y la aparición de nuevos instrumentos portátiles de medición de calorías, esta tecnología ha sido especialmente utilizada en los últimos 20 años.
La calorimetría indirecta ahora es posible utilizando una variedad de técnicas para recolectar gases respiratorios. Los métodos comúnmente utilizados incluyen el método de la bolsa de Douglas, el método de la cubierta transparente y el método de medición respiración a respiración con una máscara. Entre ellos, el método de la campana transparente se considera una técnica estándar de oro para medir el gasto energético en reposo en nutrición clínica.
El método de campana transparente puede medir con precisión la concentración de gas exhalado en unos pocos minutos y calcular el gasto energético en reposo.
La calorimetría indirecta tiene una amplia gama de aplicaciones, no sólo para estimar la ingesta energética diaria requerida, sino también para analizar la utilización de diferentes sustratos. A medida que la investigación profundiza, tenemos una comprensión más profunda de las respuestas metabólicas causadas por las lesiones, lo que también ha promovido el diseño de planes nutricionales para diferentes enfermedades.
Esta tecnología ha transformado muchas prácticas diarias en la atención médica y quirúrgica, haciendo posible recuperaciones amigables para los pacientes.
En resumen, la calorimetría indirecta no sólo puede proporcionarnos datos sobre el gasto energético y la utilización del sustrato, sino que también puede ayudar a todos los ámbitos de la vida a tomar decisiones clínicas más precisas. Esto nos hace preguntarnos, con el avance de la tecnología en el futuro, ¿cómo podemos desentrañar aún más los misterios de cómo funciona la vida?