En la sociedad actual se valora cada vez más la idea del cuerpo y del comportamiento como representación social. Esta perspectiva no sólo sacude las viejas definiciones de identidad, sino que también transforma nuestras situaciones de vida cotidiana en fenómenos sociales analizables.
La performance es una práctica corporal que genera significado y lo da vida a través de cuerpos y objetos vivos.
La expresión física no se limita al escenario o al drama; ocurre en todos los rincones de la vida y en todo momento. Nuestro comportamiento diario y cada gesto transmiten sutilmente las expectativas de la sociedad en cuanto a roles e identidades.
La performance puede verse como un acto de expresión o representación de un fenómeno y no es sólo una parte de una obra de arte. El concepto de “performance” propuesto por el estudioso Richard Schechner no sólo abarca las representaciones artísticas, sino que también incluye las interacciones de la vida cotidiana y su relación con el entorno social.
Schechner llama a esta categoría “es performance” y “como performance”, enfatizando esta última las escenas informales de la vida cotidiana.
El "giro performativo" es un concepto que entró en las ciencias sociales y las humanidades en la década de 1990. Los métodos de análisis del comportamiento anteriores a menudo ignoraban el contexto social en el que se presentaba el comportamiento. Esta teoría se basa en la interactividad del comportamiento humano en su forma y contexto, y siempre ha atraído la atención generalizada de los sociólogos.
En la vida cotidiana, el comportamiento corporal se considera una forma de presentarse. Estos comportamientos tienen sus raíces en nuestras identidades sociales y solidifican nuestros roles a través de la repetición constante y el refuerzo de las expectativas sociales.
El género no es una cualidad inherente sino una expresión expresada a través de comportamientos repetidos.
Filósofos contemporáneos como Judith Butler enfatizan la construcción social del género, señalando el núcleo de la performatividad y argumentando que el género se construye a través del comportamiento cotidiano continuo.
Con el desarrollo de la cultura posmoderna, el concepto de performance se ha integrado gradualmente en diversas teorías de las ciencias sociales. Ya no se ve simplemente como un acto dramático, sino que se ha convertido en una herramienta importante para comprender la acción humana, la cultura y la construcción social.
En comparación con la descripción clásica de la realidad, la performatividad posmoderna cree que la sociedad misma define y construye la realidad a través de la experiencia, la actuación y la reproducción.
La performatividad no sólo se refleja en nuestras palabras y acciones, sino que también afecta profundamente la forma en que pensamos y las elecciones que hacemos en la vida. A través de nuestro comportamiento, modificamos sutilmente las normas y roles sociales.
En la diversa sociedad actual, comprender cómo el cuerpo realiza acciones sociales es clave para una comprensión más completa del comportamiento humano. ¿Alguna vez has pensado en cómo tus acciones diarias afectan la forma en que los demás te perciben?