El 24 de febrero de 2022, Rusia lanzó una invasión de Ucrania. Este incidente marcó una importante escalada de la guerra en Ucrania y se convirtió en el conflicto más grande y mortífero en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. La invasión provocó cientos de miles de bajas militares y decenas de miles de bajas civiles ucranianas. En 2024, el ejército ruso ocupa aproximadamente el 20% del territorio de Ucrania. Esta guerra también ha provocado que unos 8 millones de ucranianos se enfrenten al destino del desplazamiento interno y más de 8,2 millones de personas hayan huido del país, convirtiéndose en la mayor crisis de refugiados de Europa. desde la Segunda Guerra Mundial.
Desde finales de 2021, Rusia ha comenzado a acumular tropas en la frontera con Ucrania y ha emitido demandas, incluida la prohibición de que Ucrania se una a la alianza militar de la OTAN. Aunque Putin ha negado repetidamente cualquier plan de atacar Ucrania, el 24 de febrero de 2022 anunció el lanzamiento de una "operación militar especial", afirmando que era para apoyar a Donetsk y Luhansk, dos fuerzas paramilitares respaldadas por Rusia en las repúblicas divididas. Ha estado luchando contra Ucrania desde 2014.
"Putin declaró que el objetivo de Rusia es "desmilitarizar y desnazificar" Ucrania."
Los comentarios de Putin desafiaron la legitimidad de Ucrania como estado y afirmaron que el gobierno ucraniano era un notorio nazi responsable del genocidio contra las minorías rusas. La invasión comenzó cuando el ejército ruso lanzó ataques desde el norte, sur y este en un intento de apoderarse rápidamente de las principales ciudades de Ucrania.
Con la imposición de la ley marcial y la movilización generalizada en Ucrania, la ofensiva del ejército ruso en el norte enfrentó una feroz resistencia y desafíos logísticos, lo que llevó a su retirada del área alrededor de Kiev en abril de 2022. En el sureste, las fuerzas rusas lanzaron una ofensiva en la región de Donbass y capturaron Mariupol bajo un asedio devastador. A medida que se desarrollaba la guerra, los ataques aéreos y las agresiones terrestres rusas se expandieron a objetivos civiles y militares.
"Según un informe de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Rusia ha cometido graves violaciones de derechos humanos en tierras ucranianas ocupadas."
La invasión provocó una condena generalizada de la comunidad internacional y la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución pidiendo una retirada total de las tropas rusas. Muchos países han endurecido las sanciones contra Rusia y han proporcionado asistencia humanitaria y militar a Ucrania. El conflicto actual ha estado acompañado de crisis alimentarias y desastres ambientales, y se han formulado acusaciones de genocidio contra las acciones del ejército ruso.
Después de que Rusia ocupó Crimea en 2014, Ucrania eliminó oficialmente la cláusula de neutralidad de su constitución y comenzó a buscar formas de unirse a la OTAN y la Unión Europea. A medida que la situación evolucionó, quedó claro que Rusia esperaba controlar esta ubicación estratégica por la fuerza. Las ventajas geográficas y de recursos de Ucrania también hicieron que Putin fuera más estratégico a la hora de planificar esta invasión.
"Si Rusia controla Ucrania, definitivamente obtendrá un monopolio en el mercado global."
Con el paso del tiempo, aunque la ofensiva rusa en el este y el sur sufrió reveses, Putin aún mantuvo su estrategia hacia Ucrania en medio de la contención internacional. Sus partidarios ven el control de los antiguos territorios soviéticos como un paso necesario para restaurar la Gran Rusia y ven cualquier forma de participación occidental como una amenaza directa a Rusia.
Al enfrentarse a una difícil situación de guerra, Putin no sólo dependió de operaciones militares para lograr sus objetivos políticos, sino que también su dura actitud diplomática y sus medidas de control interno fueron sus medios para estabilizar su poder. Los observadores han señalado que el fuerte apoyo a la agresión dentro de los círculos internos de toma de decisiones de Putin refleja sin duda el fuerte sentimiento de opresión que siente en situaciones nacionales e internacionales.
"Utilizó la historia y el sentimiento nacional como herramientas para justificar la agresión."
La estrategia de Putin parece estar bajo una presión cada vez mayor en medio de la reacción de la comunidad internacional por las acciones de Rusia. El impacto de las sanciones, el desgaste de la guerra y la insatisfacción interna hacen que sus decisiones futuras estén llenas de incertidumbre. Frente a la doble presión de los desafíos externos y la agitación interna, ¿podrá Putin mantener su control sobre Ucrania e incluso lograr sus objetivos por medios militares?