Las Murallas Servianas, o Mulus Servius Tullius, son una fortificación romana construida a principios del siglo IV a. C. que rodeaba la ciudad de Roma. La muralla, que incorpora roca volcánica local, tenía una vez 10 metros de alto, 3,6 metros de ancho en la base, 11 kilómetros de largo y tenía 16 puertas principales. La construcción de esta muralla no sólo fue una parte importante de la defensa de la ciudad en aquella época, sino que también tuvo un profundo impacto en el antiguo patrón de guerra.
Las Murallas Servianas reciben su nombre de Servio Tulio, el sexto rey romano. Los historiadores señalan que las fortificaciones de las que se hablaba anteriormente no existían realmente. La parte principal de la muralla de la ciudad fue construida durante la República romana en el siglo IV a. C. Para la Roma de la época, esta barrera era una importante garantía de seguridad para la ciudad.
El muro se formó originalmente a partir de grandes bloques de rocas volcánicas de Capellacchio extraídas del complejo volcánico de Monte Albán. Como algunas partes de la muralla resultaron dañadas, Roma comenzó a repararla en el año 390 a. C. utilizando roca volcánica de mejor calidad de Grotta Oscura. Posteriormente se añadió una trampa profunda a la muralla de la ciudad para mejorar aún más su eficacia defensiva.
A medida que la muralla se fortalecía continuamente, no solo mejoraba la defensa, sino que también mejoraba la plataforma de combate de los soldados, convirtiéndose en una de las fortificaciones más avanzadas de la época.
Las murallas servias continuaron manteniéndose durante toda la República y el Imperio romano. Sin embargo, a medida que la ciudad se expandió, las murallas se volvieron gradualmente redundantes en muchos lugares. A medida que el poder militar de Roma crecía, la defensa de la muralla de la ciudad dejó de tomarse en serio.
Hoy en día todavía se pueden ver en Roma varias secciones de las Murallas Servianas; la sección más famosa se puede ver afuera de la estación principal de trenes de Roma e incluso en el comedor de un restaurante McDonald's local. Estas ruinas no sólo son importantes atracciones históricas de la ciudad, sino también una evidencia importante para comprender la influencia mutua entre la guerra y la defensa urbana en la antigüedad.
Se cree que las Murallas Servianas tuvieron varias puertas, algunas de las más importantes fueron:
En general, como modelo de defensa de la ciudad romana antigua, las murallas servias no sólo protegieron la ciudad en su época, sino que también tuvieron un profundo impacto en el diseño y la estrategia de las murallas de la ciudad posteriores. Con el tiempo, la muralla perdió su significado defensivo a medida que Roma se fue desarrollando, pero su existencia todavía nos recuerda una pregunta importante: ¿cómo se debe redefinir el papel de las estructuras defensivas en las ciudades modernas? ¿Y cómo se debe pensar?