En la sociedad actual, el bienestar de los niños está recibiendo cada vez más atención. Sin embargo, incluso dentro de este contexto cognitivo, la cuestión del abuso psicológico rara vez se aborda. Este tipo de abuso se basa en daño mental y a menudo va acompañado de negligencia y explotación emocional, lo que causa un trauma irreversible en la mente del niño.
Los efectos del abuso psicológico pueden ser duraderos y persistir hasta la edad adulta, afectando el sentido de autoestima y las relaciones de una persona.
El abuso psicológico no es fácil de definir porque a menudo incluye una variedad de comportamientos: menospreciar, humillar e intimidar, por ejemplo. Estos comportamientos no sólo cambian la visión que los niños tienen de sí mismos, sino que también afectan su desarrollo emocional de manera invisible.
El abuso psicológico, según lo define la Asociación Profesional Estadounidense, puede manifestarse como patrones repetidos de comportamiento del cuidador que transmiten directamente los sentimientos del niño de inutilidad, amenaza o falta de amor.
El abuso psicológico puede adoptar muchas formas, incluidos ataques verbales y actitudes incompetentes. Estos comportamientos afectan la mente y las emociones de un niño y pueden provocar problemas como depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático.
Por ejemplo, cuando los padres suelen gritarles a sus hijos o tratarlos con relativa negligencia, este entorno hará que los niños se sientan culpables e incluso desarrollen un estado psicológico de "impotencia aprendida".
Las investigaciones muestran que el abuso emocional tiene tantas probabilidades de causar un daño significativo a los niños como el abuso físico o sexual.
Ante un entorno así, la mente de la víctima sufrirá un impacto significativo. Muchos niños maltratados pueden recaer en los comportamientos dolorosos que experimentaron cuando sean niños cuando crezcan, especialmente en relaciones cercanas.
Los estudiosos señalan que los efectos del abuso psicológico son similares a los de otros tipos de abuso, especialmente en términos de desarrollo de la personalidad y salud emocional.
La sociedad debería prestar más atención y recursos a la cuestión del abuso psicológico. El reconocimiento y la intervención tempranos pueden reducir la carga psicológica a largo plazo y mejorar la calidad de vida de los afectados.
Además, es fundamental educar al público sobre el concepto y el impacto del abuso psicológico, lo que puede ayudar a las víctimas potenciales a buscar la ayuda necesaria.
En la sociedad actual, todavía nos enfrentamos al desafío de lidiar con el abuso psicológico. Esto no es sólo una responsabilidad individual, sino también una tarea común de la sociedad. Sólo cuando las personas trabajen juntas para prestar atención a la salud mental de cada niño podremos realmente crear un ambiente seguro y amoroso para que crezcan. ¿Está dispuesto a tomar medidas para mejorar el entorno de crecimiento de sus hijos?