En el tratamiento del cáncer, la braquiterapia (Braquiterapia), como método de radioterapia eficaz, ha recibido cada vez más atención. La braquiterapia se define como la colocación de una fuente radiactiva sellada dentro o junto al área a tratar, propiedad que le permite administrar radiación concentrada y altamente efectiva dirigida a los tumores.
El término braquiterapia proviene del griego "βραχύς", que significa "corta distancia".
La braquiterapia se puede utilizar para tratar una variedad de cánceres, incluidos el cáncer de cuello uterino, el cáncer de próstata, el cáncer de mama, el cáncer de esófago y el cáncer de piel. Los estudios han demostrado que los efectos terapéuticos de la braquiterapia no sólo son comparables a los de la cirugía y la radioterapia de haz externo (EBRT), sino que incluso pueden ser mejores en algunos casos, especialmente cuando se combinan con estas técnicas.
A diferencia de la radioterapia con fuente abierta, la braquiterapia coloca una fuente radiactiva de corto alcance (como yodo-125 o cesio-131) precisamente en la ubicación del tumor. Este diseño reduce en gran medida el impacto de la exposición a la radiación en el tejido sano circundante. Esta característica de radiación local puede maximizar la protección del tejido sano circundante y reducir los efectos secundarios.
Además, los tiempos de tratamiento de braquiterapia suelen ser más cortos que otras técnicas de radioterapia, lo que da a las células cancerosas menos posibilidades de dividirse y crecer. Muchos pacientes también enfrentan un número variable de visitas de radioterapia después de la cirugía de extirpación, lo que hace que la braquiterapia sea una opción conveniente para los pacientes.
El mercado mundial de braquiterapia alcanzó los 680 millones de dólares estadounidenses en 2013, y se espera que pueda crecer hasta más de 2.400 millones de dólares estadounidenses para 2030, con una tasa de crecimiento anual de aproximadamente el 8 %.
Entre muchas aplicaciones médicas, la braquiterapia desempeña un papel importante en el tratamiento del cáncer de cuello uterino y de próstata. Por ejemplo, en las lesiones localizadas o en etapa temprana del cáncer de cuello uterino, la braquiterapia se considera ampliamente uno de los tratamientos estándar. Cuando se combina con radioterapia externa, puede mejorar significativamente los resultados de los pacientes.
Para el cáncer de próstata, las opciones de braquiterapia incluyen la implantación permanente de semillas en dosis bajas o radioterapia temporal en dosis altas. Los estudios han demostrado que estos métodos son tan efectivos como la cirugía o la radioterapia externa, tienen menos efectos secundarios y los pacientes suelen regresar rápidamente a su vida diaria.
La braquiterapia también muestra buenos resultados en el tratamiento del cáncer de mama. Después de una mastectomía, la braquiterapia se puede utilizar como tratamiento de refuerzo con el objetivo principal de administrar radiación de manera precisa al tejido mamario sin dañar el tejido sano circundante.
La braquiterapia para el cáncer de mama no solo proporciona un control local muy eficaz sino que también reduce el número de visitas de tratamiento necesarias en comparación con la radioterapia de toda la mama.
En cuanto al tratamiento de los tumores cerebrales, la braquiterapia está diseñada para ser un tratamiento localizado dirigido a áreas específicas. Por ejemplo, ahora existen implantes específicos dirigidos al cerebro que pueden controlar eficazmente el crecimiento del tumor sin causar efectos secundarios excesivos.
Sin embargo, la braquiterapia no está exenta de riesgos. Algunos pacientes pueden experimentar hinchazón localizada o molestias leves, pero la mayoría de los efectos secundarios agudos se resuelven por sí solos con el tiempo. Sin embargo, los efectos secundarios a largo plazo, como problemas continuos del tracto digestivo o urinario, pueden requerir tratamiento adicional en algunos casos.
Cuando los pacientes se someten a braquiterapia, a menudo se preocupan por los riesgos de la radiación para sus familiares y amigos. En respuesta a esto, los médicos darán los consejos correspondientes. Dependiendo del tipo de radioterapia utilizada, es posible que algunos pacientes deban evitar el contacto cercano con niños o mujeres embarazadas durante un período de tiempo después del tratamiento.
Con los nuevos avances en la tecnología de radioterapia, las perspectivas del mercado de la braquiterapia parecen prometedoras. Los analistas predicen que la braquiterapia con microperlas y electrones, como tecnologías fáciles de usar, impulsará el crecimiento continuo de este mercado en los próximos años.
En general, la braquiterapia proporciona una nueva opción de tratamiento para los pacientes con cáncer y es popular debido a sus importantes efectos terapéuticos y su alta tolerancia por parte del paciente. En el futuro, ¿veremos más tipos de enfermedades que utilicen esta tecnología para brindar a los pacientes con cáncer una mejor calidad de vida y posibilidades de supervivencia?